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Blog de Javier Memba

El insolidario

Los cuentos no góticos de Karen Blixen

Archivado en: Cuaderno de lecturas, sobre "Siete cuentos góticos" de Karen Blixen

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            Memorias de África, la celebrada cinta de Sidney Pollack de 1985, como el noventa por ciento del cine comercial estadounidense de las últimas cuatro décadas, nunca me ha merecido el más mínimo interés. No fue ése el caso de El festín de Babette (Gabriel Axel, 1987), el otro filme que en los años 80 dio a conocer mayoritariamente a Karen Blixen y a "Isak Dinesen", seudónimo utilizado por Blixen, entre otras publicaciones, para su evocación africana.

            Ahora bien, en un primer visionado, de El festín... me cargó por lo mismo que me hace insoportable a Bergman en su conjunto: su gravedad luterana. Es éste un conflicto que parece gravitar en todo el cine clásico escandinavo, pero que yo sólo soporto en Dreyer y en Sjöström. Se trata de un tedioso afán de perfección cristiana, que en alguna ocasión me ha hecho dudar de la liberación sexual que se le atribuía a las suecas entre los mitos del turismo de mi niñez y en las páginas de Suecia infierno y paraíso, el éxito editorial del italiano Enrico Altavila no mucho después.

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Publicado el 12 de noviembre de 2013 a las 17:45.

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Un precedente de la Escuela de la mirada

Archivado en: Cuaderno de lecturas, sobre "La invención de Morel " de Adolfo Bioy Casares

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            Hace unos días, leyendo una nómina de grandes ficciones olvidadas, vi que se incluía en ella La invención de Morel (1940) del argentino Adolfo Bioy Casares. De que es uno de los grandes textos de la literatura fantástica escrita en español del pasado siglo, no cabe duda. De haya caído en el olvido, ya no lo sé. Por si fuera el caso, aquí van las notas que tomé tras mi lectura de la obra capital de Bioy en enero del 98. Apenas comencé a leer a este autor, a raíz de que se le concediera el Cervantes en 1990, me pareció mucho más que ese acólito de Borges por el que se le suele tener. De hecho, con mi dilecto Horacio Quiroga y sus fábulas fatalistas, es uno de los escritores latinoamericanos que más estimo. Lo descubrí en los cuentos de Una muñeca rusa (1990) y lo celebré con alborozo en 2005, durante la lectura de su Antología de la literatura fantástica, que compiló junto a Borges y Silvina Ocampo ese mismo año 40 que dio a la estampa La invención de Morel. Pero no divaguemos. Paso sin más a mis notas por si fuera cierto que el texto ha caído en el olvido y, por si siendo el caso, pudieran tener algún interés.

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Publicado el 7 de noviembre de 2013 a las 15:30.

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Lou Reed, el motín del "Mosca" y un amante del rock 'n' roll madrileño

Archivado en: Textos rápidos para indómitos, inadaptados y demás proscritos, rock

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           Veinticinco

   No estuve en el motín del Mosca, aquellos disturbios en el estadio Román Valero del madrileño barrio de Usera -el campo del Moscardó- que constituyen todo un capítulo en la historia del rock 'n' roll en mi ciudad. Fue en junio de 1980.

            Los que sí estuvieron recuerdan que una huelga de transportistas hizo que Lou Reed compareciera con un par de horas de retraso ante la afición. Cuando sólo llevaba siete minutos sobre el escenario, alguien le arrojó una botella -la gente estaba con el enfado que era de esperar- y el ya finado se volvió a marchar. Engañada por una voz, que anunciaba por megafonía que volvería a salir, la audiencia esperó su regreso. Hasta que al cabo de otras dos horas, cuando vieron que se empezaba a recoger el escenario, el respetable se subió a él y arrambló con todo. Parece ser que la policía no intervino -o no se aplicó con su contundencia habitual- en la creencia de que la ceremonia del rock 'n' roll era así. Puede que, con vistas a la incipiente democracia, también tuvieran órdenes de no ser tan expeditivos como venían siéndolo desde el 66, en el mítico concierto de The Beatles en Las Ventas, en su persecución del rock 'n' roll.

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Publicado el 29 de octubre de 2013 a las 13:30.

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Dos cintas de Mur Oti y un apunte acerca de la moralidad de los travelíns según Godard

Archivado en: Inéditos cine, Nouvelle Vague, Dos cintas de Mur Oti y un apunte acerca de la moralidad de los travelíns según Godard

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            Supe del famoso travelín de Cielo negro (1951) en los albores de mi cinefilia. Ya entonces me llamó la atención que, mediante este procedimiento, Manuel Mur Oti siguiera a Susana Canales -su Emilia en aquella película- desde el Viaducto hasta San Francisco el Grande. Siendo ese tramo de la calle Bailén uno de los lugares del mundo que más aprecio, y estando ya convencido de aquella sentencia del gran Godard que reza que todo travelín es una cuestión moral -porque es una responsabilidad ética del cineasta decidir qué ve y cómo lo ve el espectador-, ya entonces me llamó la atención que el travelín más famoso del cine español -y como el de Truffaut por la playa de Los cuatrocientos golpes (1959) siguiendo a Antoine Doinel (Jean-Pierre Leaud), estudiado en las escuelas de cine del extranjero- discurriera por una de las zonas de Madrid que me son más queridas.

            Pero el melodrama no es un género para cuando se tienen veinte años por muy aprendiz de cinéfilo que se sea. A esa edad apenas se sabe de la alternancia entre las sonrisas y las lágrimas que son la base del género y que, con tanto acierto, nos señala el profesor Echo (Lon Chaney) de El trío fantástico (Tod Browning, 1925) como la esencia misma de la vida. Cuando se tienen pocos años -o poca experiencia cinéfila- sólo interesan las películas resueltas con diligencia. Se exige concreción y rapidez a los argumentos. Al menos, yo así lo hacía.

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Publicado el 22 de octubre de 2013 a las 15:45.

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La obra maestra de Charles Maturin

Archivado en: Cuaderno de lecturas, sobre "Melmoth el errabundo", de Charles Maturin

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Recuerdo bien mi adquisición de Melmoth, el errabundo, de Charles Maturin. Fue, como de casi todo hace más de veinte años, en una librería de restos de ediciones que había a la entrada del parque Arias Navarro. Curioseando entre sus saldos, adquirí con la natural avidez varios crisoles de Aguilar y algunos de mis mejores números de Libro Amigo de Bruguera, una de las colecciones que más amo. Entre los crisoles, he de dar noticia de una edición conjunta de Las noches blancas y Pobres gentes de Dostoyevski; entre los Libro Amigo, del Balzac de Carlos Pujol -una de mis guías en la lectura de La comedia humana- y de Escritos sobre literatura, de Baudelaire. Pero sobre todo de Melmoth el errabundo.

En los más de veinte años transcurridos desde entonces, el local de aquella queridísima librería ha sido ocupado por un salón de belleza como prueba irrefutable de la insoportable levedad de nuestro tiempo. Sin embargo, cada vez que paso por su puerta, me repito que allí nunca ha habido más belleza que la guardan estas páginas del gran Maturin, que leí totalmente fascinado en junio de 1997. He aquí las notas que tomé después:

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Publicado el 9 de octubre de 2013 a las 14:45.

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Mis lecturas de William H. Hodgson

Archivado en: Cuaderno de lecturas, sobre William H. Hodgson

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                   Descubrí a William Hope Hodgson con el mismo interés que al resto de los elogiados por H. P. Lovecraft en El horror en la literatura -texto canónico en lo que al género respecta-, que por aquellos días publicaba con regularidad Valdemar. Hablo de febrero de 1998, mes en que la de La nave abandonada y otros relatos de terror en el mar constituyó mi primera lectura de este autor inglés. Siempre en aquellas deliciosas ediciones del Club Diógenes, que tan gentilmente me regalaban sus responsables, leí a Hodgson con avidez hasta que La casa en el confín de la Tierra me cansó en enero del 2000. Lo que sigue, como tantas veces en estos apuntes, son las notas que tomé en aquellos dos años de inquietantes, y por lo tanto felices, lecturas.

                   Cabría calcular que, cuando se dice que William Hope Hodgson "es uno de los representantes más originales de lo que se ha dado en llamar cuento materialista de terror", ello se debe a que en sus narraciones el miedo no emana de espectros ni de entidades excesivamente fantásticas. Sin embargo, considerando que Lovecraft es el maestro de dicho género y que el escalofrío en las narraciones de este último proviene de arcanos y misterios ciertamente inverosímiles, no sé si mi suposición acerca del materialismo de Hodgson es del todo acertada.

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Publicado el 30 de septiembre de 2013 a las 12:00.

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Atenas 85

Archivado en: Entre la imagen y las mil palabras, "Atenas 85"

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(Aparecido originalmente en la edición de el diario El Mundo del 29 de agosto de 1995 con el título de Aquel verano de 1985 y una única foto -mi autorretrato del principio-, en la primavera siguiente conoció una nueva edición dentro del volumen colectivo Aquel verano, dado a la estampa por Espasa Calpe)

            Coloqué la Lubitel sobre el capó del Horizon de Juan Luis. Si bien no pude prescindir de mi vieja Yashica FX3 -con su 50 mm. de origen, un duplicador de focal y un 28 mm.-, no me quedó más remedio que dejar el trípode en Madrid. Me vi pues obligado a buscar un apoyo poco ortodoxo para un buen aficionado a la fotografía. Accioné el disparador automático, corrí cuatro o cinco metros y adopté una pose mía, muy de entonces, ante el monolito levantado a la memoria de unos partisanos.

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Publicado el 19 de septiembre de 2013 a las 17:15.

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Los relatos del gran Sheridan Le Fanu

Archivado en: Cuaderno de lecturas, sobre "La habitación del dragón volador y otros cuentos de terror y misterio" de Sheridan Le Fanu

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                   En el bien entendido de que Joseph Sheridan Le Fanu ocupa una de las cimas del terror gótico con sus cuentos de fantasmas, el que abre y da título a esta selección es tan verosímil como podría serlo cualquier relato criminal anclado a la más pura realidad. En ese sentido, La habitación del Dragón Volador es un cuento materialista en la primera acepción del término. Lo en él tratado es la impostura de un grupo de criminales que se hacen pasar por aristócratas.

                   La historia se nos refiere mediante la experiencia de un viajero inglés en Francia -Beckett- quien, accidentalmente, merced a la gentileza de rigor, conoce en el camino a la condesa de St. Alyre, bella dama casada con un hombre mucho mayor y de apariencia despótica de la que quedará prendado. También por casualidad se cruzará en su camino el marqués de Harmonville, un caballero impecable con quien trabará conocimiento por algo que parece ser un error. Por ultimo, ya hospedados en una posada del camino -la Belle Étoile-, entrará en escena el coronel Gaillarde, un irascible ex oficial de Napoleón que persigue al marido la condesa. Esto dará pie a que Beckett vuelva a intervenir en favor de la que tanto le inspira, tomando partido en la pelea por su marido.

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Publicado el 11 de septiembre de 2013 a las 06:30.

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Roma 83

Archivado en: Entre la imagen y las mil palabras, "Roma 83"

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            Entre los que más estimo de mis clichés tempranos, destacan los de mi primera visita a Roma, de la que el pasado mes de julio se cumplieron treinta años. Y no es por su calidad precisamente por lo que sobresalen entre el resto de mis negativos más antiguos. Antes al contrario, son imágenes que técnicamente dejan mucho que desear. Pues, pese a que llevaba haciendo fotos con vocación de trascendencia desde mediados los 70, las prisas y dispersiones de la adolescencia me impidieron acercarme la toma de vistas con todo el rigor que ésta requiere. De modo que ignoraba normas como una referente a la velocidad de obturación. Esa que reza que, con una lenta, inferior a 1/60 de segundo, se impone montar la cámara en el trípode so pena de sacar las fotos movidas.

            Esto es algo que permanece inalterable incluso ahora, que la fotografía digital ha acabado con todos los procedimientos de ampliación y revelado de la analógica. De modo que entonces, en el 83, cuando reduje hasta 1/30 la velocidad de obturación porque con ella se puso verde el led del visor de la cámara, que no subí al trípode, retraté movidos a mis compañeros en mis primeros pasos por el Trastevere.

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Publicado el 5 de septiembre de 2013 a las 17:45.

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"El juramento de los cinco lores", una nueva entrega de las aventuras de Blake y Mortimer

Archivado en: Cuaderno de lecturas, las aventuras de Blake y Mortimer, sobre "El juramento de los cinco lores"

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            Si hay algo de lo que abomine tanto como del cine contaminado por la política, eso es el cine contaminado por el teatro, excepción hecha de las adaptaciones de Shakespeare de Orson Welles. Tengo la teoría de que es mucho más estrecha la relación entre la pantalla y cómic que entre la pantalla y la escena. Los planos son las viñetas del cineasta y viceversa. El asunto de El juramento de los cinco lores, la nueva entrega de las aventuras de Blake y Mortimer debida a Yves Sente y Andre Juillard, ha venido a ratificarme en mis convicciones.

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Publicado el 30 de agosto de 2013 a las 09:30.

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Javier Memba

Javier Memba

            Periodista con más de cuarenta años de experiencia –su primer texto apareció en la revista Ozono en 1978-, Javier Memba (Madrid, 1959) fue colaborador habitual del diario EL MUNDO entre junio de 1990 y febrero de 2020. Actualmente lo es en Zenda Libros. Estudioso del cine antiguo, en todos los medios donde ha publicado sus cientos de piezas ha demostrado un decidido interés por cuanto concierne a la gran pantalla. Puede y debe decirse que el setenta por ciento de su actividad literaria viene a dar cuenta de su actividad cinéfila. Ha dado a la estampa La nouvelle vague (2003 y 2009), El cine de terror de la Universal (2004 y 2006), La década de oro de la ciencia-ficción (2005) –edición corregida y aumentada tres años después en La edad de oro de la ciencia ficción-, La serie B (2006), La Hammer (2007) e Historia del cine universal (2008).

 

            Asimismo ha sido guionista de cine, radio y televisión. Como novelista se dio a conocer en títulos como Homenaje a Kid Valencia (1989), Disciplina (1991) o Good-bye, señorita Julia (1993) y ha reunido algunos de sus artículos en Mi adorada Nicole y otras perversiones (2007). Vinilos rock español (2009) fue una evocación nostálgica del rock y de quienes le amaron en España mientras éste se grabó en vinilo. Cuanto sabemos de Bosco Rincón (2010) supuso su regreso a la narrativa tras quince años de ausencia. La nueva era del cine de ciencia-ficción (2011), junto a La edad de oro de la ciencia-ficción, constituye una historia completa del género, aunque ambos textos son de lectura independiente. No halagaron opiniones (2014) fue un recorrido por la literatura maldita, heterodoxa y alucinada. Por su parte, David Lynch, el onirismo de la modernidad (2017), fue un estudio de la filmografía de este cineasta. El cine negro español (2020) es su última publicación hasta la fecha.  

 


 

          

 

Miniatura no disponible

 

Javier Memba en 2009

 

Javier Memba en 1988

 

Javier Memba en 1987

 

1996

 

 

Javier Memba en la librería Shakespeare & Co. de París

 

 

 

 

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Enlaces

-La linterna mágica

-Unas palabras sobre Vida en sombras

-Unas palabras sobre La torre de los siete jorobados

-50 años de la Nouvelle Vague en Días de cine

-David Lynch, el onirismo de la modernidad en Radio 3

-Unas palabras sobre Casablanca en Telemadrid

-Unas palabras sobre Tintín en Cuatro TV

 

 

ALGUNOS ARTÍCULOS:

Malditos, heterodoxos y alucinados de la gran pantalla

Nuevos momentos estelares de la humanidad

Chicas yeyés

Chicas de ayer

Prólogo al nº 4 de la revista "Flamme" de la Universidad de Limoges

Destinos literarios

Sobre La naranja mecánica

Mi tributo al gran Chris Marker

El otro Borau

Bohemia del 89

Unos apuntes sobre las distopías

Elogio de Richard Matheson

En memoria de Bernadette Lafont

Homenaje al gran Jean-Pierre Melville

Los amores de Édith

Unos apuntes sobre La reina Margot

Tributo a Yasujiro Ozu con motivo del 50 aniversario de su fallecimiento

Muere Henry Miller

Unos apuntes sobre dos cintas actuales

Las legendarias chicas de los Stones

Unos apuntes sobre el "peplum"

El cine soviético del deshielo

El operador que nos devolvió el blanco y negro

Más real que Homeland

El cine de la Gran Guerra

Del porno a la pantalla comercial

Formentera cinema

Edward Hopper en estado puro

El cine de terror de los años 70

Mi tributo a Lauren Bacall

Mi tributo a Jean Renoir

Una entrevista a Lee Child

Una entrevista a William McLivanney 

Novelistas japonesas

Treinta años de Malevaje

Las grandes rediciones del cómic franco-belga

El estigma de La campana del infierno

Una reedición de Dalton Trumbo

75 años de un canto a la esperanza

Un siglo de El nacimiento de una nación

60 años de Semilla de maldad

Sobre las adaptaciones de Vicente Aranda

Regreso al futuro, treinta años después 

La otra cabeza de Murnau

Un tributo a las actrices de mi adolescencia

Cineastas españoles en Francia

El primer surrealista

La traba como materia literaria

La ilustración infantil de los años 70

Una exposición sobre la UFA

La musa de John Ford

Los icebergs de Jorge Fin

Un recorrido por los cineastas/novelistas -y viceversa-

Ettore Scola

Mi tributo a Jacques Rivette

Una película a la altura de la novela en que se basa

Mi tributo a James Cagney en el trigésimo aniversario de su fallecimiento

Recordando a Audrey Hepburn

El rey de los mamporros

Una guía clásica de la ciencia ficción

Musas de grandes canciones

Memorias de la España del tebeo

70 años de la revista Tintín

Ediciones JC regresa a sus orígenes

Seis claves para entender a Hergé

La chica del "Drácula" español

La primera princesa de la lejana galaxia

El primer Tintín coloreado

Paloma Chamorro: el fin de "La edad de oro"

Una entrevista a la fotógrafa Vanessa Winship

Una recuperación del Instituto Murnau

Heroínas de la revolución sexual

Muere George A. Romero

Un mito del cine francés

Semblanza de Basilio Martín Patino

Malevaje en la Gran Vía

Entrevista a Benjamin Black

Un circunloquio sobre la provocación

Una nueva aventura de Yeruldelgger

Una dama del crimen se despide

Recordando a Peggy Cummins

Un tributo a las yeyés francesas

La última reina del Technicolor

Recordando a John Gavin

Las referencias de La forma del agua

El Madrid de 1988

La nueva ola checa

Un apunte sobre Nelson Pereira dos Santos

Una simbiosis perfecta

Un maestro del neorrealismo tardío

El inovidable Yellowstone Kelly

Que Dios bendiga a John Ford

Muere Darío Villalba

Los recuerdos sentimentales de Enrique Herreros

Mi tributo a Harlan Ellison

La inglesa que presidió el cine español

La última rubia de Hitchcock

Unos apuntes sobre Neil Simon

Recordando Musicolandia

Una novelista italiana

Recordando a Scott Wilson

Cämilla Lackberg inaugura Getafe Negro

Una conversación entre Läckberg y Silva

El guionista de Dos hombres y un destino

Noir español y hermoso

Noir italiano

Mi tributo al gran Nicholas Roeg

De la Escuela de Barcelona al fantaterror patrio

Recordando a Rosenda Monteros

Unas palabras sobre Andrés Sorel

Farewell to Julia Adams

Corto Maltés vuelve a los quioscos

Un editor veterano

Una entrevista a Wendy Guerra

Continúa el misterio de Leonardo

Los cantos de Maldoror

Un encuentro con Clara Sánchez

Recuerdos de la Feria del Libro

Viajes a la Luna en la ficción

Los pecados de Los cinco

La última copa de Jack Kerouac

Astérix cumple 60 años

Getafe Negro 2019

Un actriz entrañable

Ochenta años de "El sueño eterno"

Sam Spade cumple 90 años

Un western en la España vaciada

Romy Schneider: el triste destino de Sissi

La nínfula maldita

Jean Vigo: el Rimbaud del cine francés

El último vuelo de Lois Lane

Claudio Guerin Hill

Dennis Hopper: El alucinado del Hollywood finisecular

Jean Seberg: la difamada por el FBI

Wener Herzog y la cólera de Dios

Gordad, el gran maese de la heterodoxia cinematográfica

Frances Farmer, la esquizofrénica que halló un inquietante sosiego

El hombre al que gustaba odiar

El gran amor de John Wayne

Iván Zulueta, arrebatado por una imagen efímera

Agnès Varda, entre el feminismo y la memoria

La reina olvidada del noir de los 40

Judy Garland al final del camino de adoquines amarillos

Jonas Mekas, el catalizador del cine independiente estadounidense

El gran Edgar G. Ulmer

La última flapper; la primera it girl

El estigmatizado por Stalin

La controvertida Egeria del Führer

El gran Tod Browning

Una chica de ayer

El niño que perdió su tren eléctrico

La primera chica de Éric Rohmer

El último cadáver bonito

La exnovia de James Dean que no quiso cumplir 40 años

Don Luis Buñuel, "ateo gracias a Dios"

La estrella cuyo fulgor se extinguió en sus depresiones

El gran cara de palo

Sylvia Kristel más allá de Emmanuelle

Roscoe Arbuckle, cuando se acabaron las risas

Laura Antonelli, la reina del softcore que perdió la razón

Nicholas Ray, que nunca volvió a casa

El vuelo más bajo de la princesa Leia Organa

Eloy de la Iglesia y el cine quinqui

Entiérralo con sus botas, su cartuchera y su revólver

La chica sin suerte

Bela Lugosi y la sombría majestuosidad de Drácula

La estrella de triste suerte

La desmesura de Jacques Rivette

Françoise Dorléac

Klaus el loco

Una hippie de los 70

Jean Esustache, entre la Nouvelle Vague y el ascetismo

Nadiuska, un juguete roto

Thea von Harbou

Jesús Franco

David Cronenberg

Sharon Tate, como en un cuento de Sheridan Le Fanu

Un guionista sediento

La reina del fantaterror patrio

Dalton Trumbo y los diez de Hollywood

La primera chica que arrojó una tarta 

El desdichado Hércules contemporáneo

En la tradición familiar

El músico del realismo poético

Otro tributo a la gran Patty Shepard

Elmer Modlin y su extraña familia

Las coproducciones internacionales rodadas en España

Marilyn Monrore y su desesperado último gesto

Un amor más poderosos que la vida

El actor atrapado en sus personajes

Entre el fantasma de su madre y el final del musical

Barbet Schroeder

Amparo Muñoz

Samuel Bronston más alla de Las Rozas

Chantal Akerman

Françoise Hardy 

Un antiguo dogmático

Jane Birkin

Anna Karina, su turbulento amor y el Madison

Sandie Shaw, ya con calzado

El gran Serge Gainsbourg

Entre la niña prodigio y la mujer concienciada

La intérprete de Shakespeare que inspiró a The Rolling Stones

La maleta del capitán Wajda

Val Lewton y su dramatización de la psicología del miedo

La alimaña de Whitechapel

Cristina Galbó

La caravana Donner

Eddie Constantine

Un nuevo curso del tiempo

Rosenda Monteros

Una criatura de la noche

Una carta a Nicolás I

Edison y el 35 mm

Barbara Steele

El felón Esquieu de Floyran acaba con los templarios

Entre Lovecraft y Hitchcock

Tchang Tchong Yen recuerda a Hergé

La musa del ciberpunk

Néstor Majnó

Una leyenda del Madrid finisecular

El rey de la serie B

La primera cosmonauta soviética

Cuando la injuria sucede a la fatalidad

Bajo Ulloa y sus cuentos crueles

La cicerone de los Stones en el infierno 

Nace Toulouse-Lautrec

El París del Charlestón se rinde a Josephine Baker

Nastassja Kinski, la dulce hija del ogro

Un tributo a Sam Peckinpah

La leyenda del London Calling

Fiódor Dostoievski frente al pelotón de fusilamiento

Mi alucinada favorita

El hombre de las mil caras

El 7º de Caballería pierde la gloria

Un recuerdo de Silke

El genocidio camboyano

Peter Bogdanovich

Guy Debord y la sociedad del espectáculo

Un héroe de Iwo Jima 

Lupe Vélez tras el último tequila sunrise

El general Lee

Roman Polanski

Un hampón italoamericano

Jane Fonda en su juventud

Kraken en la Cuesta de Moyano

Josef von Sternberg

The Beatles en The Carvern y en el show de Ed Sullivan

Que la tierra le sea leve a Douglas Trumbull

El último superviviente del hampa de Chicago

Inma de Santis

El Álamo

Una musa insumisa

El malvado Zaroff y un elogio a las revistas pulp

Miles Davis

Un polaco y el amour fou

La Legión extranjera como género literario

Conchita Montenegro

Peter Lorre y su cara de villano

El juez de la horca

Syd Barrett

Kathleen Turner

Una caricatura de la hombría

Eric Clapton

Helga Liné

Butch Cassidy

Carlos Arévalo, un cineasta español

Nace el último bohemio

Pascual García Arano

María Perschy

El Combray de Ingmar Bergman

Carlos Castaneda

Una canción de Neil Young

Un suicida dandi

Hedy Lamarr

Philip K. Dick y sus realidades bastardas

La última mujer fatal

Andréi Tarkovski, otro maldito por la censura soviética

Nace la música de la New Age

"Wie einst" Lili Marleen

Una lectura de Byron en Villa Diodati

Un apostol de la sedición juvenil

Ava en mi ciudad

Rider Haggard

Una entrada para la "Historia universal de la infamia"

La Marguerite Duras cineasta

Gallardo y calavera

El hombre que vendió su alma a Elizabeth Taylor

El crímen de Charlotte Corday

Un elogio entusiasta de la urbe

Un ángel caído

Mary Bradbury teme por su vida

Pierre Étaix y su triste gracia

El mejor verano de los Rolling

María Rosa Salgado y su conmovedora discrección

La valentía de Ramón Acín

Sylvie Vartan

La cruz de Malta de Wim Wenders

La epifanía de Louis Daguerre

Carroll Baker

Marie Laforêt y mi amigo Eloy

Eliseo Reclus atisba su quimera

Patty Pravo

Richard Pryor contra sí mismo

Miroslava, una actriz marcada por la fatalidad

France Gall y el doble sentido

Robert Bresson y el cine puro

La gesta de Alekséi Stajánov

Nace el Rimbaud del Rock & Roll seminal

Dominique Dunne, una filmografía que se quedó en el aire

Un actor vampirizado por un personaje

Tolkien publica El Hobbit

La segunda musa de Godard

John Dos Passos entra en la eternidad

Alain Resnais, el cine de la memoria

Una musa del filme noir

El cadáver de Nancy Spungen en el Chelsea Hotel

La historia de Bobby Driscoll

Un icono del feminismo

Recordando a Tina Aumont

Colgaron a Gilles de Rais

Dario Argento

Nico en el cine

Dylan Thomas en su último trance

Brigitte Helm

Un punkie en la Disney 

Nace Billy el Niño

The Wall

Tennessee Williams

Vivien Leigh

Kazuo Sakamaki salva la vida en Pearl Harbor

El proscrito de la Escuela de Barcelona 

47 hombres de honor

Charlotte Rampling

La incomunicabilità del gran MIchelangelo Antonioni

F. Scott Fitzgerald

Un pilar del cómic estadounidense

Juliet Berto

Erik, el fantasma de la Ópera

Una comedia francesa

Un pesimista alegre

Una mirada indolente a la derrota 

Sender en Casas Viejas

Kipling en su último momento

Los hermanos Marx

Puente sobre aguas turbulentas

Anouk Aimée

Mary Shelley

Quentin Tarantino

Neal Cassady 

Natalie Wood

La heterodoxia de Ermanno Olmi

Fu-Manchú

Stefan Zweig pone fin a sus días

 

 

 

 

 

 

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