En su libro La izquierda necesaria, recién publicado por RBA, Josep Ramoneda escribe: "Se dice, como una gran tragedia, que nuestros hijos vivirán peor que nosotros, en el sentido de que su renta disponible y su marco asistencial serán sensiblemente inferiores a los nuestros. Quizás es el momento de repensar la vida, el sentido del saber vivir".
A estas alturas parece evidente que la causa de todo lo que nos pasa -y nos va a seguir pasando durante una buena temporada- tiene que ver con la forma que tenemos de medirlo todo: el PIB, la cotización, la renta, el salario disponible, el patrimonio personal. Ramoneda lo cuenta admirablemente, entre otras muchas cosas, en este libro.
En este contexto, mi amiga Concha, vieja profesora y sindicalista de pro, me hace llegar hoy por internet la siguiente comparación que anda circulando por ahí:
Preámbulo de la LOE (2006): "Las sociedades actuales conceden gran importancia a la educación que reciben sus jóvenes, en la convicción de que de ella dependen tanto el bienestar individual como el colectivo. La educación es el medio más adecuado para construir su personalidad, desarrollar al máximo sus capacidades, conformar su propia identidad personal y configurar su comprensión de la realidad, integrando la dimensión cognoscitiva, la afectiva y la axiológica. Para la sociedad, la educación es el medio de transmitir y, al mismo tiempo, de renovar la cultura y el acervo de conocimientos y valores que la sustentan, de extraer las máximas posibilidades de sus fuentes de riqueza, de fomentar la convivencia democrática y el respeto a las diferencias individuales, de promover la solidaridad y evitar la discriminación, con el objetivo fundamental de lograr la necesaria cohesión social. Además, la educación es el medio más adecuado para garantizar el ejercicio de la ciudadanía democrática, responsable, libre y crítica, que resulta indispensable para la constitución de sociedades avanzadas, dinámicas y justas. Por ese motivo, una buena educación es la mayor riqueza y el principal recurso de un país y de sus ciudadanos."
Primer párrafo del Anteproyecto de la LOMCE (o Ley Wert, 2012): "La educación es el motor que promueve la competitividad de la economía y las cotas de prosperidad de un país; su nivel educativo determina su capacidad de competir con éxito en la arena internacional y de afrontar los desafíos que se planteen en el futuro. Mejorar el nivel de los ciudadanos en el ámbito educativo supone abrirles las puertas a puestos de trabajo de alta cualificación, lo que representa una apuesta por el crecimiento económico y por conseguir ventajas competitivas en el mercado global."
Esta es la mudanza. Este es el síntoma y el problema. Euros, renta, salario variable, competitividad, productividad.
Dinero.
Podría darse el caso, incluso, de que ese párrafo de la Ley Wert fuera falso. Hay que desconfiar de todo lo que circula por internet sin credenciales. Pero no cambiaría nada. Si non è vero, è ben trovato.
Hoy le decía a uno de mis amigos -de entre todos ellos, el único que podría haber redactado él solo el preámbulo del antrepoyecto de Wert- que dos personas que hablan esos dos idiomas no hablan de lo mismo. Que es como conversar en chino y en español al mismo tiempo. O mejor aún, en alemán y en español al mismo tiempo.
Nada va a cambiar mientras no volvamos al primer preámbulo (en la educación, en la cultura, en las relaciones laborales, en la convivencia social). Tengámoslo claro. Y para quienes tratan de seguir confundiéndolo todo, con su posesión de la verdad, Ramoneda también describe ese modo tan moderno (o tan reaccionariamente español) que tienen los cínicos de llamar buenismo a lo que es solamente ética básica.
Publicado el 12 de noviembre de 2012 a las 23:15.