viernes, 15 de noviembre de 2024 10:21 www.gentedigital.es
Gente blogs

Gente Blogs

Blog de Luisgé Martín

El infierno son los otros

Haikus japoneses I: El Mundo del Futuro

Archivado en: Japón, Tecnología, Progreso

TokioEn Japón todos los cuartos de baño tienen un retrete tecnológico, con un descargador de agua que te dispara agua tibia para lavarte las partes íntimas o con un termostato que regula a voluntad la temperatura del asiento para que las nalgas no se enfríen; pero es difícil encontrar un grifo con monomando. El Japón todo el mundo tiene teléfono móvil y lo usa para hablar, leer, consultar internet o ver la televisión, pero los modelos hegemónicos, con tapa, pantalla pequeña y desprovistos de cualquier tactilidad, parecen provenir del siglo pasado. En Japón el consumo es una de las tareas preferidas en el tiempo de ocio, pero en muchas tiendas o restaurantes no se puede pagar con tarjeta de crédito. En Japón inventaron el tren de alta velocidad (el tren bala), pero ahora esos trenes son AVES en versión descuidada. En Japón el gasto energético es extremado, pero los cables de alta tensión lucen por las calles, colgados de los postes y entrelazados con retorcimientos imposibles. En Japón todo está informatizado, pero en los puestos de información de los ferrocarriles los empleados usan todavía gruesas guías de timetables desgastadas.

Publicado el 26 de agosto de 2012 a las 18:00.

añadir a meneame  añadir a freski  añadir a delicious  añadir a digg  añadir a technorati  añadir a yahoo  compartir en facebook  twittear  votar

Más valores

Archivado en: Apple, Explotación laboral, Tecnología

Hace tiempo que siento verdadera aversión por Apple y por lo que Apple significa. Tengo un iPhone (de segunda mano, regalado), un iPod Touch (comprado con conciencia) y un Mini Mac (que por su tamaño era el único que podía conectar a la televisión y al equipo de alta fidelidad). Como electrodomésticos (o technodomésticos) son apreciables, pero distan mucho de la perfección que comúnmente se les atribuye. Se asegura que son eternos, pero a mí en los últimos quince años sólo se me ha cascado un ordenador, de los varios que he tenido: el Mac. Se afirma que son sencillos e intuitivos, pero a mí me parecen mucho más obstusos que los sistemas de Windows y Android, aunque éstos hayan sido -si lo han sido- copia de Apple. Son además, terriblemente rígidos e inflexibles: tienes que usar los programas que ellos te dicen, organizar las carpetas como el aparato te manda y pasar todos tus archivos por el exprimidor que haga falta para poder verlos o usarlos en el Apple. Si yo voy a casa de un amigo y me habla de una canción magnífica que yo no conozco, le doy mi teléfono HTC o Samsung y me la carga en un momento, pero si le doy mi iPhone ya hemos llegado a la catástrofe: no puede hacerse, salvo que me sincronice todos sus archivos o arme un sindiós. ¿Flexibilidad, libertad, comodidad, intuición? Palabrería.

Son silenciosos, los más silenciosos. Y son hermosos, los de mejor diseño. Están en la vanguardia: van siempre un paso por delante desarrollando smartphones, reproductores musicales, tabletas... No es poca cosa, pero no es más que eso. La religión que se ha creado alrededor de Apple, de la que forman parte muchos revolucionarios de salón (hay una gauche iPhone mucho más absurda que la gauche caviar), es un buen signo de los tiempos que vivimos. Hacer cola durante una noche para comprar el iPhone 4 el día que aparece (y poder así tirar el iPhone 3, tremendamente desfasado) debería ser tratado como enfermedad mental.

Cuando murió Steve Jobs (que por lo que han ido contando luego sus biógrafos debía de ser un cabrón redomado) parecía que había muerto el mismísimo Pericles, o Gutenberg, o Pasteur. "El hombre que cambió el mundo", titulaban los periódico. ¿A qué estamos empezando a llamar "cambiar el mundo"?

Traigo todo esto a colación por el informe que ha publicado estos días The New York Times, que revela que en las fábricas chinas que sirven a Apple se trabaja en régimen de semiesclavitud. O cuando menos de explotación absoluta. Sueldos menos que misérrimos, horarios interminables y condiciones inhumanas. Mientras tanto, los beneficios de la compañía han aumentado en el último trimestre de 2011 hasta batir un récord: 13.000 millones de dólares.

No sé si ésta es la forma de cambiar el mundo ni éstos son los valores de los que tanto hablamos. Es cierto que los esclavos chinos, a pesar de su esclavitud, estarán encantados, porque por lo menos alimentan a sus familias. Y es cierto que en estos tiempos desnortados las ventas de Apple, incluso cuando saca puro humo, como con el iPhone 4S, no hacen más que crecer. Pero queda por ver si de verdad esta radiografía nos parece bien. Si esto es lo que queremos. Si a eso llamamos riqueza. Los valores, la ética. La humanidad. E incluso la compasión.

 

Publicado el 29 de enero de 2012 a las 01:30.

añadir a meneame  añadir a freski  añadir a delicious  añadir a digg  añadir a technorati  añadir a yahoo  compartir en facebook  twittear  votar

Luisgé Martín

Luisgé Martín

Un blog con olor a azufre y a carne quemada. Ciberllamas en las que arderán todos: no habrá ningún títere al que le quede la cabeza sobre los hombros. El convencimiento es claro: el infierno existe y son los otros. Basta con abrir los ojos y mirar el mundo alrededor. Hablaré de libros, de películas, de canciones y de paisajes extranjeros, pero siempre con el tridente desenvainado.

· En Facebook: facebook.com/luisgemartin

· En Twitter: twitter.com/luisgemartin

Biografía: Madrid, 1962. Licenciado en Filología Hispánica por la Universidad Complutense de Madrid y Máster en Gerencia de Empresas. Autor de los libros de relatos Los oscuros (1990) y El alma del erizo (2002), la colección de cartas Amante del sexo busca pareja morbosa (2002) y las novelas La dulce ira (1995), La muerte de Tadzio (2000), ganadora del Premio Ramón Gómez de la Serna, Los amores confiados (2005) y Las manos cortadas (2009, publicada, como la mayor parte de su obra, por Alfaguara). Ganador del Premio del Tren 2009 "Antonio Machado" de Cuento, que convoca la Fundación de los Ferrocarriles Españoles, con el cuento Los años más felices.

 

La mujer de sombra Las manos cortadas Los amores confiadosAmante del sexo busca pareja morbosaEl alma del erizoLa muerte de TadzioLa dulce iraLos oscuros

EN TU MAIL

Recibe los blogs de Gente en tu email

Introduce tu correo electrónico:

FeedBurner

Recibe este blog tu email

Introduce tu correo electrónico:

FeedBurner

Grupo de información GENTE · el líder nacional en prensa semanal gratuita según PGD-OJD