Filófobos o fobiófilos, pero maricones
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Hoy he leído en los periódicos una noticia divertida (aparte de la rebaja del sueldo a los funcionarios por imperativo mercadotécnico y de la reapertura del proceso a Camps). Al parecer le han puesto una multa a un canal de televisión que emitió un mensaje que atentaba contra la igualdad y la dignidad. Era uno de esos mensajes enviados por los espectadores y que se hacen correr por la banda inferior de la pantalla. El mensaje en cuestión decía: "Muerte a los maricones. Gays fuera de España. La homofobia es una enfermedad mental".
El espectador que lo envió sin duda había oído unas campanas pero no sabía muy bien el tono del repique. Había escuchado mucho la palabra ‘homofobia', que le parecería, sin duda, un sinónimo culto de la palabra ‘homosexualidad'. Y como ante todo hay que quedar como un señor, aunque sea insultando, decidió usarla, no fuera a pensar nadie que él se metía con los maricones por bruto o por no haber cursado estudios o por tener una estructura mental cavernícola. Podría haberlo escrito en otras versiones. Por ejemplo: "Muerte a los homófobos. Maricones fuera de España. La homosexualidad es una enfermedad mental". Eligió ésa, a mi modo de ver, porque es bueno, retóricamente hablando, que el sabor final sea enfático: lo erudito, lo sonoro, lo docto, mejor al final. Y tenía razón: hay que subrayar que la homofobia es una enfermedad mental.
Publicado el 12 de mayo de 2010 a las 14:45.