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Jorge Valdano jugaba de delantero, aunque los chicharros más célebres de la selección argentina de su época los marcara otro jugador. No fue tan genial como para sortear a media selección inglesa ni tan pillo como para alzar la "mano de Dios". Sólo hubo un Maradona en los ochenta.
Valdano remataba, no regateaba. Desde que se retiró, delante de un micrófono o de una grabadora, o mediante un teclado, ha demostrado que maneja las palabras aún mejor que el balón. Con la entrevista que Marca publica por entregas hoy y mañana, y que sólo puede leerse parcialmente en marca.com, salta de nuevo al terreno de juego.
Al nuevo director general del Real Madrid le preguntan por Raúl. El capitán merengue debutó en Primera con Valdano de entrenador. Pero ahora sólo contesta: "He hablado con el capitán de fútbol y de baloncesto. Creo mucho en las formas. No se puede llegar a este club y creer que uno está por encima de los jugadores. Los jugadores son los que defienden cada domingo el prestigio del club. Lo demás son palabras".
Palabras. En vez de al Pelusa, Valdano ahora escolta a Florentino Pérez. Pero, como nuevo director general del Real Madrid, no puede -no puede, ¿no?- fichar a Messi, el mejor jugador de nuestro tiempo. Y las palabras, mal o bien engarzadas, sólo brillan cuando tu equipo mete más goles que los rivales.
Publicado el 2 de junio de 2009 a las 10:15.
