Archivado en: En la cuerda floja, Citas, Raymond Carver
Cuatro amigos acampan en un paraje recóndito para divertirse tres días pescando, jugando a cartas y bebiendo. Al poco de llegar descubren el cadáver de una chica desnuda flotando en el río. No regresan para avisar a la policía. Montan el campamento, atan el cadáver a las raíces de un árbol, para que no se lo lleve la corriente, y, aunque finalmente vuelven un día antes de lo previsto, pasan el tiempo pescando, pegando lingotazos, contando batallas y echando unas manos de póquer.
Raymond Carver escribió hace treinta años este relato. Claire, la mujer de uno de los pescadores, no puede evitar rechazar a su marido, asistir al funeral, imaginar el viaje río abajo de la chica asesinada. Al final del cuento dice a su marido: "Por el amor de Dios, Stuart, no era más que una niña". (Esta vez he leído la versión amplia en Principiantes, el relato se titula Tanta agua tan cerca de casa; no podría decir que guarde mejor recuerdo de la versión más concisa, en De qué hablamos cuando hablamos de amor; si aún no has leído a Carver quizá te suene porque Robert Alman incluyó la historia en Vidas cruzadas.)
Carver apenas juzga. Digamos que, como muchos otros buenos escritores, artistas y periodistas, sigue la máxima Show, don't tell.
Al lector, quizá, no le cuesta ponerse en la piel de Claire. Pero estos días, y en cualquier otro momento, más que a ella nos parecemos a los cuatro amigos, ¿no?
Feliz Navidad
Publicado el 23 de diciembre de 2010 a las 18:30.