Gente de internet

"SANTO DOMINGO, República Dominicana.- El diputado Radhamés Ramos (Chino) aconsejó a las mujeres que han sido violadas y no desean conservar un embarazo que se coloquen en una escalera, seis peldaños hacia arriba, y que bajen de nalgas". Anoche me encontré esta sandez en Facebook. Un amigo, un compañero de clase que vive en el Caribe, la había colgado en su muro, indignado.

Mi amigo de Facebook —y de Los Vadillos— añadía: "Lo del Chino es escandaloso; por cierto, su mote es porque se le acusó de trata de orientales. Ya sabes, una joya en el Congreso".

La noticia se publicó el viernes pasado en un diario de Santo Domingo. A este "político" antillano, que milita en el Partido Reformista Social Cristiano (fundado por el doctor Joaquín Balaguer, que tal vez pase a la posteridad más por La fiesta del chivo, de Mario Vargas Llosa, que por su maratoniana carrera política), en 2002 le trincaron cuando intentaba que un grupo de asiáticos cruzara ilegalmente la frontera desde Haití.

Pero ampliemos la información. En la República Dominicana estaban a punto de prohibir el aborto inducido. En cualquier supuesto. "El derecho a la vida es inviolable desde la concepción hasta la muerte. No podrá establecerse, pronunciarse ni aplicarse, en ningún caso, la pena de muerte", acabaría proclamado la Asamblea Revisora de la Constitución de República Dominicana el jueves pasado. Durante el debate, Radhamés Ramos, que como un buen fariseo se denomina "el diputado de la luz", confesó:

"Me da mucha pena escuchar colegas diciéndole no a la vida... me da mucha pena y lástima... y llora mi alma porque lo que están defendiendo la muerte, no son sinceros en esta asamblea".

"Cierro mis ojos y me imagino cientos de niñas de 15 y 18 años haciendo fila en las clínicas... yo cierro mis ojos y me imagino haciéndole fila a odontólogos para que le practiquen un aborto".

Quién sabe si para templar los ánimos de sus rivales políticos, este supuesto detractor del aborto provocado lanzó después esta atroz ocurrencia:

"Escucho colegas hablar de que si le violan la hija o un pariente, y que entonce su hija va a parir una niña o un niño de un violador... eso es falso, existen métodos conocidos. Sólo pare si quiere parir, porque in so facto (sic) se descubre que está embarazada, se le hace la prueba, sólo tiene que colocarse en una escalera a 6 peldaños y bajar de glúteos, bajar de nalgas, esto va provocar un sangrado y cuando usted lleva a su niña a una clínica, el médico in so facto (sic) le hace una limpieza simple y llanamente. Esa es la realidad, pero además existen pastillas que se conocen bien, que sólo hay que colocarlas en la vagina, eso es así y se provoca un sangrado".

El colmo de la hipocresía y de la incoherencia. Este hombre votó en contra del aborto... en los hospitales.

Por una vez, abortistas y antiabortistas pueden estar de acuerdo: ¿a quién no le parecen estas palabras una estupidez, un disparate?

Fe de erratas: mi amigo del Caribe me cuenta que el Chino es pederreista, es decir, milita en el PRD, partido fundado por Juan Bosch, y no en el Partido Reformista Social Cristiano de Balaguer.

Publicado el 24 de septiembre de 2009 a las 01:00.

               

¿Cuál es la verdadera opinión de Mariano Rajoy sobre Esperanza Aguirre? ¿Y sobre José María Aznar? ¿Y cómo le gustaría que fuera el PP? ¿Qué le gustaría poder hacer para desparasitar su partido, para quitar las malas hierbas, para descizañarlo? Imagina la escena: en un plató televisivo, en la redacción de un periódico, en un estudio radiofónico, o incluso en un despacho pepero en Génova, un periodista independiente e imparcial (es decir, cualquier periodista, estamos en la edad de oro del periodismo, ¿no?) se sienta frente a don Mariano y, milagro, logra que sea brutalmente sincero.

Imagina que en una entrevista dice la verdad, y sólo la verdad, sin enmascararla, sin edulcorarla, sin rebozarla. Imagina a un político sincero. Antes he puesto brutalmente sincero, aunque ciertas palabras no necesiten más refuerzos. Un político sincero, que dice lo que piensa. Sin más. Me lo puedo imaginar, pero no conozco a ninguno. Por lo menos, en público.

Sigamos imaginando. Estos días ojalá pudiéramos encontrar una entrevista sincera con Rajoy, vale, pero tampoco estaría nada mal que un periodista consiguiera lanzar una buena andanada de preguntas a cualquier otro político, desde José Luis Rodríguez Zapatero hasta Esperanza Aguirre, pasando por Juan José Ibarretxe, José Montilla o Alberto Ruiz-Gallardón, sin olvidar a Francisco Granados, Ignacio González o José Blanco. Si cualquiera de ellos fuera tan osado y suicida como para responder a corazón abierto, ¿nos sorprendería?

En fin, las declaraciones de los políticos quizá sean un inevitable torrente de medias verdades y mentiras poco piadosas. Que no dijeran nada, o que lo contaran todo, sería peor, ¿no?

Esta semana quería enlazar aquí alguna entrevista internetera (es decir, cualquier entrevista, todas acaban pasando por aquí si son públicas) que hubiera servido para que vislumbremos qué está pasando, pero no he encontrado ninguna.

Publicado el 12 de febrero de 2009 a las 08:30.