¿El dinero es el sexto sentido?
"Maldito parné que por su culpita dejé yo al gitano que fue mi querer", canta la Niña Pastori.
Como en las grandes novelas decimonónicas, en Servidumbre humana, un tocho que W. Somerset Maughan publicó allá por 1915, encontramos personajes secundarios bien trazados. Uno de ellos, el maestro Foinet, tiene su minuto de gloria en el capítulo cincuenta y uno, cuando le dice al protagonista (y a nosotros, claro): "No hay nada tan degradante como la preocupación continua por los medios de subsistencia. Siento desprecio por los que desdeñan el dinero. Son hipócritas o estúpidos. El dinero es como un sexto sentido, sin el cual no se puede hacer buen uso de los otros cinco. Sin una renta adecuada, la mitad de las posibilidades que uno tiene en la vida son letra muerta. Lo único que hay que tener presente es no gastar más de un franco cuando se ha ganado un franco. Oirá usted decir a alguien que la pobreza es la mayor espuela de un artista. Los que hablan así no han sentido nunca el hierro en la carne; ignoran lo que es y cómo envilece. Expone a infinitas humillaciones, corta las alas, devora las almas como un cáncer. No es que se necesite la riqueza, pero sí lo que basta para salvaguardar la propia dignidad, para ser generoso, puro e indepeniente. Compadezco con toda el alma al artista, pintor o escritor que depende eternamente de su propio arte para vivir."
"¿De dónde sale todo este parné?", se preguntaba Sabina en los tiempos de Viceversa.
Publicado el 6 de marzo de 2009 a las 10:30.