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Blog de Enrique Hormigos

Demasiada letra

Allá en la mina...

Si tuviese un pavo por cada vez que alguien me ha preguntado: “cómo se me ocurren esas cosas” o “de dónde saco las ideas”, seguramente ahora mismo no me vería en la penosa necesidad de tener que trabajar para vivir.

 

Durante mucho tiempo, estas preguntas me dejaban un poco parado.

No sabía que decir y eso desanimaba mucho al público, que siempre espera que alguien que hace humor lo haga las 24 horas del día.

 

Pasé años decepcionando a todo el mundo en general, y al pesao del padre de un amiguito de mi hijo del colegio que siempre me daba la brasa con este asunto en particular, antes de encontrar una historia que explicaba a la perfección la mística del proceso creativo, ese impulso divino y misterioso que hace salir tonterías de las gordas de donde no las hay y que tanto intriga a más de uno y más de dos.

 

Película: “El Multimillonario”, de George Cukor.

Yves Montand es un millonario que pasa media película intentando cepillarse a Marilyn Monroe (a esto llamo yo una sinopsis…).

Sabiéndose más soso que la calabaza e incapaz de cualquier rasgo de ingenio, el tío decide contratar a un famoso escritor de comedias para que le escriba unos cuantos chistes, que el irá dejando caer como si fuesen de cosecha propia durante el asalto a la fortaleza de Miss Monroe.

 

Concierta una entrevista con el escritor, que en ese momento esta tomándose un whisky y fumándose un puro de a metro con varios colegas mientras disfruta de una sauna.

 

Montand entra en la sauna y explica al escritor que le pagará mil dólares por cada chiste que le escriba.

El escritor le dice que vale, que salga un momentito… y que vaya contando cinco mil pavos.

En veinte minutos su secretario saldrá y le entregará cinco chistes cojonudos.

“¿Y va a ser usted capaz de escribirlos AQUÍ DENTRO?”-pregunta el asombrado sosainas-.

“Amigo –dice el escritor- por mil dólares la unidad, se los escribiría en el fondo de una mina”.

 

Y no hay más.

Me voy para abajo.

 

+ tonterías en ehormigos.blogspot.com

Publicado el 20 de octubre de 2008 a las 13:30.

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Comentarios - 2

1 | Peter (Web) - 20/10/2008 - 14:33

CLAP CLAP CLAP CALP (O PLAS PLAS PLAS PLAS, la onomatopeya que más te inspire para los aplausos). La metes en su propio bocadillo para ascender la onomatopeya al rango de diálogo y lo pones en un bol para ir cogiéndolos a puñaditos a medida que los necesites

2 | Hormigos - 21/10/2008 - 20:36

Acompañados de una Mau bien fresquita...
Bienvenido. Me alegro de leerte por aquí.

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Enrique Hormigos

Enrique Hormigos

Desde que me metí en el lucrativo negocio del humor con la idea de hacer una fortuna en un par de semanas y retirarme a vivir de las rentas en una hermosa finca en la Toscana, hay una escena que se repite de manera exacta cada vez que busco echarle el lazo a un nuevo cliente.

La cosa empieza en el despacho de la víctima, dónde me presento generalmente sin avisar (soy un fan del "Efecto Sorpresa"). Una vez que el director se da cuenta de que no me sacará de su despacho sin la ayuda de un revolver del 45, suspira resignado y abre mi viejo carpetón (Viejo desde el día en que lo compré. Lo até mal a la baca de mi motocicleta y, recién salido de la tienda, lo arrastré durante 200 metros por el asfalto. Pero bueno; no lo iba a tirar).

Silencio sepulcral. El tío estudia el material y, después de un rato sin decir ni pío, se rasca la barbilla y murmura: "Mmmm... Demasiada letra..."
Fin de la entrevista.

Y aunque nunca he entendido porqué la gente no se rasca la barbilla y murmura "Mmmm... Demasiada letra" cuando lee los chistes de Forges o de El Perich, espero que, en este caso, mi asqueroso defecto no os desanime demasiado.

De cualquier manera, gracias por sintonizar este canal.
Un saludo.

 

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