El domingo pasado volvía con la tropa de pasar el domingo en casa de unos cuñados (y sin embargo amiguetes). El tiempo había sido repelente todo el fin de semana, pero en el viaje de vuelta la cosa superó todas las expectativas. La choza de la que volvíamos está situada en la cima de un monte no muy alejado de aquel en el que encalló Noé y la carretera debió trazarla en mismo Noé, todavía con resaca después de la borrachera que pilló para celebrar la vuelta de la paloma de marras. Llovía cosa mala y, `para colmo, se levantó una niebla que añadía emoción al asunto.
Concentrado en el asunto y a una velocidad de acuerdo con las circunstancias, echo una ojeada al retrovisor y ¿qué creéis que ví?
Efectivamente. Los pelos de los agujeros de la nariz del conductor que iba detrás.
Aquel tipejo debía estar a 14 milímetros de mi parachoques trasero cuando nos cruzamos con una de esas señales en las que sale dibujada una vaca.
“No va a hacer falta una vaca, –pensé- con que me salga un conejo y roce el freno, este mamón se nos come”.
Afortunadamente, un par de kilómetros después el tío cogió un desvió (seguramente el que conducía a casa de la madre que lo parió) y la cosa se relajó.
Esa noche, una vez lavado, alimentado y empaquetado el elemento infantil, mi mujer y yo atacamos el DVD de una película de David Lynch: “Carretera Perdida”, una castaña tan moderna como incomprensible que, sin embargo, cuenta con una escena memorable por la que casi merece la pena sufrirla.
Uno de los personajes curra en un taller mecánico por el que aparece un día un mafioso (estupendo, como siempre, Robert Loggia) montado en un mercedes, acompañado por dos de sus pistoleros. Saluda al chaval y le pide que les acompañe a dar una vuelta. El motor hace un ruidito extraño y quiere que se lo ajusten. Conducen un rato hasta que el mecánico le dice que pare, baja del coche, ajusta el motor y el ruido desaparece. De vuelta al taller por una carretera de montaña bastante sinuosa, vemos cómo un coche se acerca al de nuestros amigos hasta situarse a, digamos, 14 milímetros de su parachoques trasero. Robert echa un ojo por el retrovisor y ve al otro conductor achuchándolo. Baja la ventanilla y hace señas para que le adelante. En el momento de adelantar, el otro tipo baja su ventanilla, hace al mafioso el clásico gestito con el dedo corazón y sale zumbando.
Ostras, lo que me ha hecho…
Los dos pistoleros que viajan en el asiento trasero cruzan una mirada de reojo y, al unísono, se ponen los cinturones de seguridad. En ese momento, el bueno de Robert pisa a fondo el acelerador poniendo el mercedes a 180 mph. Choca con el coche de delante, que intenta frenar sin éxito. El mercedes lo arrastra sin piedad hasta sacarlo de la carretera en una curva. Frenan todos. Los pistoleros salen del coche. Uno de ellos rompe con el codo la ventanilla del chuleta y lo arrastra fuera del coche. El mafioso empieza a gritarle mientras le aporrea la cabeza con un pistolón del tamaño de un piano de cola:
“¡¡No vuelvas a conducir pegado nunca más!! ¡¡Joder!! (PAM) ¡¡Nunca!! (PAM) ¡¡Nunca!! (PAM)… ¿Sabes la distancia de cuantos putos coches hace falta para poder parar un coche que circula a 60 por hora? (PAM) ¡¡La de seis malditos coches!! O, lo que es lo mismo, ¡¡32 putos metros!! Si hubiera frenado de repente ¡¡me habrías dado!! (PAM-PAM) Quiero que te compres un código de circulación, ¡¡y quiero que te estudies ese maldito libro!! ¡¡y quiero que obedezcas las putas reglas!! (PAM)… El año pasado, 50.000 personas perdieron la vida en la carretera por culpa de ¡¡GILIPOLLAS COMO TÚ!! (PAM) Dí que compraras ese libro (PAM) ¡¡DÍLO!! (PAM-PAM)”.
El otro pobre tipo farfulla que “lo comprará”.
Robert se despide de él con una cariñosa patada en el costillar. Vuelven todos al coche y, una vez dentro, se disculpa:
“Siento lo que ha pasado, Pete… pero un coche que se me pega es algo que no puedo soportar…”
¿Violencia Cívica?
¿Civismo Violento?
¿Spot de David Lynch para la próxima campaña de la DGT?
En cualquier caso, no me digáis que no es casualidad.
+ tonterías en: ehormigos.blogspot.com
Publicado el 15 de octubre de 2008 a las 16:30.