La seguridad en detrimento de la tradición
Archivado en: Monterías, puestos elevados, seguridad, accidentes de caza
El año pasado ha sido especialmente trágico para el ‘gremio’ de cazadores. Quizá haya sido la temporada en la que mayor número de accidentes y muertes se han producido de las que yo recuerdo. No ha habido semana en la que no haya aparecido alguna noticia que relatase algún percance cinegético grave.
¿Quién de nosotros no puede contar alguna experiencia desagradable acaecida en alguna montería? ¿Cuántos no hemos dicho alguna vez “yo no vuelvo con esta organización” o “anda que no he pasado miedo” o “me han silbado las balas”?
Está visto que unas veces por desconocimiento y otras por dejadez muchos de nuestros compañeros de montería incumplen sistemáticamente las normas básica de actuación y comportamiento en este ‘arte tradicional’ de la caza.
Todos estamos hartos de ver cómo se realizan disparos que no se entierran o que rebotan cual bola en una máquina de ‘pinbal’. Hay quien no respeta las líneas de fuego y no le duelen prendas en que su rifle o escopeta nos apunte unos instantes siguiendo la trayectoria de un jabalí o ciervo antes de su disparo. Eso en el mejor de los casos, pues son muchos los monteros que han perdido la vida por un tiro directo sin necesidad de rebote. Esta situación se ve potenciada por incumplir la recomendación de disparar a ‘bicho pasado’, ya que muchos prefieren aprovechar el momento en el que se paran antes de atravesar un cortafuegos.
Otra de las situaciones comunes de riesgo se produce por moverse del puesto. Hay monteros a los que les resulta imposible no salirse del puesto durante toda una batida o montería. Esto tiene dos consecuencias directas: la primera es que puede provocar que le pegues un tiro a alguien que está donde no debería estar; y la segunda es que, como has dejado de ver al ‘compañero’ en su puesto y no lo tienes localizado, dejes de intentar cazar para evitar que una bala se lo encuentre detrás de un matorral.
Con los puestos elevados todas estas situaciones desaparecerían. Los puestos elevados de caza nos ayudan a mejorar la seguridad en monterías y batidas. Al estar entre dos y tres metros por encima se evita disparar a la misma altura que los cazadores de puestos vecinos. El tiro siempre es hacia abajo, enterrándose en la tierra y reduciéndose así el riesgo de rebote.
Al estar sobre una plataforma, el montero no se mueve de su porque tiene mayor dificultad para estar subiendo y bajando constantemente. En el supuesto de que lo hiciera, la visibilidad de los que se encuentran en los puestos adyacentes es mejor, permitiendo conocer en todo momento el lugar en el que se encuentra el sujeto.
Con el abandono del mundo rural y la desaparición de la ganadería extensiva, estamos asistiendo a la colonización de prados y pastizales por la vegetación autóctona de la zona. Carrascos de encina o roble, escobas, aulagas, brezos, jaras y demás arbustos de nuestros montes crecen y se expanden exponencialmente dificultando la visibilidad de las zonas naturales de paso de la caza. Además, debido a la incomodidad añadida de acceder a los puestos, muchos de ellos se dejan de utilizar o se modifican. Con ello lo que se consigue es que las manchas no queden bien cerradas y los animales superen con comodidad la línea de tiro. En ocasiones se reduce la distancia entre puestos debido a lo cerrado del terreno, aumentado el riesgo de accidentes.
Con la instalación de puestos elevados se mejora la visión donde la vegetación es alta. Se puede instalar un puesto en zonas donde el crecimiento de la vegetación no permite disparar desde el suelo, recuperando así antiguos pasos tradicionalmente muy buenos.
Otra ventaja es la facilidad para identificar a los animales ya que se produce antes y las posibilidades de tiro son mayores. Esto nos ayudará a obtener mejores resultados en nuestras monterías, sobre todo en aquellas en las que hay un cupo limitado de animales a abatir. Desde la plataforma podremos ver al animal con tiempo suficiente para poder decidir si el trofeo se ajusta a nuestro gusto o si está dentro de las especificaciones que debe cumplir para ser abatido.
En las ‘cacerías de gestión, más conocidas como ‘descastes’, las plataformas son un excelente aliado para distinguir “sólo hembras”, “machos de menos de x puntas”, “varetos que no sobrepasen las orejas”, etc.
¿Cuántos no hemos tenido la sensación de estar “aireando la mancha” por tener el aire en contra? Desde las plataformas se minimiza o desaparece este contratiempo.
Entiendo que habrá muchos detractores de estos elementos artificiales que nunca han estado presentes en nuestras tradicionales monterías. Comprendo a quienes se oponen a ellos por entender que se desvirtúa la caza al colocar al cazador en una situación ‘privilegiada’ sobre los animales salvajes. También a quien sólo ven en ellas un sobrecoste en la organización y desarrollo de las monterías. A todos les entiendo, sin excepción. Pero… ¿cuántos accidentes se evitarían? ¿Cuántas muertes nos ahorraríamos cada temporada? ¿Cuántos rehaleros dejarían de pasar miedo?
A lo largo de la historia han sido muchas las modificaciones que se han ido introduciendo en las normas de la montería. Algunas de ellas se introdujeron por la evolución de las armas fuego como la aparición de los rifles semiautomáticos. Otras fueron polémicas en su día, como la limitación de balas en los cargadores. Yo no puedo hablar de lo que no he conocido pero los planes cinegéticos obligatorios son ‘relativamente’ recientes, hasta su implantación podía llegar a esquilmarse una zona.
Todo cambio llega aparejada su polémica e incomprensión por parte de algunos sectores, pues no todos priorizamos lo mismo. Para unos es más importante “mantener la tradición” y para otros es más importante “mejorar la seguridad”.
Los puestos elevados son comúnmente utilizados en toda Europa e incluso en determinadas modalidades de caza en África y en Argentina para dominar amplias extensiones de terreno, tanto en zonas de monte como en zonas de pradera. Aquí en España ya se están empezando a utilizar principalmente para esperas y aguardos. Dentro de poco los iremos viendo también en monterías.
Publicado el 20 de julio de 2011 a las 12:00.