Gredos llora la muerte de Julio Chamorro
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Julio Chamorro fue Guarda Mayor de Gredos, Guarda Mayor con mayúsculas, y guía de tres de los últimos Jefes de Estado que España ha tenido: Alfonso XIII, Francisco Franco y Juan Carlos I. Julio decidió proteger su Sierra de Gredos desde el cielo durante la noche del miércoles, mientras dormía en su casa de Hoyos del Espino.
"Últimamente había perdido un poco de salud, estaba más débil, quizá, pero seguía paseando por las calles de Hoyos", señalaron desde el Ayuntamiento. "Cuando va al médico, en el consultorio local, le dice al médico, señalándose la garganta, que de ahí para abajo, todo está mal, pero que de ahí para arriba, está estupendo", señalaba hace un par de años el teniente de alcalde de la localidad, Rafael Gómez.
En la mañana de hoy, cuando las dos mujeres que lo cuidan fueron a despertarlo, se lo encontraron muerto en la cama. "Ha muerto de vejez". Julio Chamorro vivía con sus dos cuidadoras, madre e hija, y era visitado a diario por sus sobrinos, varios de los cuales también residen en Hoyos del Espino.
Los vecinos de esta localidad enclavada en el corazón de la Sierra de Gredos aseguran que se le podía ver a diario en su paseo rutinario, entablando conversaciones como uno más del pueblo, y mirando siempre con respeto y profundo cariño las cumbres de Gredos, donde y para las que ha vivido.
Era uno de los mayores conocedores de la sierra, y acompañó en sus senderos, cimas y cotos de caza al rey Alfonso XIII, a Franco, a Manuel Fraga y al entonces Príncipe Juan Carlos.
Julio ha sido una institución en su localidad, hasta el punto de que se están planteando en el Consistorio decretar algunos días de luto en señal de duelo, una medida que deberá esperar al regreso del alcalde, Roberto García, quien se encuentra de viaje.
En 2007 y 2008, sus paisanos le rindieron un homenaje público coincidiendo con sus cumpleaños. Tras jubilarse como guarda, Julio Chamorro estuvo siempre pendiente de la Sierra de Gredos, y seguía con atención cualquier novedad. Incluso llegó a publicar hace seis años sus memorias, tituladas ‘Gredos, un siglo entre piornales y roquedos'.
Así, en los últimos años, se mostró siempre pendiente de los conciertos que la Fundación del Patrimonio Natural organizó en Hoyos del Espino, en la Finca Mesegosillo, y que atrajeron cada verano a más de 10.000 personas para asistir a los conciertos de Sting, Amaral, Miguel Ríos o Bob Dylan, entre otros. Le parecía lo más normal del mundo la atracción que genera este espacio natural.
"A Julio no le asombran los avances modernos, ni las nuevas tecnologías", dijo en una ocasión Rafael González, "tiene una capacidad de adaptación asombrosa para una persona de su edad".
Chamorro fue el guía oficial de la Sierra de Gredos desde finales de la Guerra Civil. En 1940 obtuvo el reconocimiento de Guarda Mayor y acompañaba en sus cacerías a personajes tan ilustres de la época como el rey Alfonso XIII, gran aficionado a la caza, quien inauguró en 1928 el Parador de Gredos, año en el que Chamorro ya trabajaba en la zona.
También, guió y acompañó en sus cacerías por Gredos a Francisco Franco, Manuel Fraga, Don Alfonso de Borbón, Rainiero de Mónaco y al entonces Príncipe Juan Carlos I. "He atendido siempre con la misma amabilidad a un barrendero de Madrid que a los Jefes de Estado", afirmó en varias ocasiones.
Su relación con este espacio natural se inició mucho antes. Julio Chamorro recordó que subió por primera vez a la sierra a los seis años de edad, y su "primera escapada fue a los nueve años de edad, después de dormir en un chozo de pastores", cuando subió al Pico Almanzor, acompañado de un zagal que le ayudó a encontrar el ‘gusanillo' del amor a la montaña.
"Poco recuerdo de la primera cacería real, que se hizo en 1911; sin embargo, para mí fue una gran novedad la segunda cacería, en 1916, cuando tenía doce años, donde descubrí una gran afición por la caza de alta montaña", relataba Chamorro.
Cuando tenía sólo 14 años, ya trabajaba como porteador al servicio de los escasos visitantes que por entonces se adentraban en este macizo montañoso, y que por entonces eran principalmente cazadores, en busca de las codiciadísimas cabras monteses, o "científicos, principalmente biólogos y geólogos".
Fue testigo de cómo las poblaciones de la especie emblemática de la zona, la cabra montés, casi se extinguieron en los años 20 y de cómo Alfonso XIII, que acudía puntualmente a cazarlas, promovió la conservación de la especie creando el Coto Real de Gredos.
En numerosas ocasiones socorrió a personas que sufrieron accidentes en la montaña, "y entonces no había helicópteros como ahora, ni tampoco carreteras", manifestaba en una entrevista.
En el año 2004, Julio Chamorro publicó sus memorias en un volumen titulado ‘Gredos, un siglo entre piornales y roquedos', que comienza con las siguientes palabras: "Hablar de mí mismo es como hablar de la Sierra de Gredos, por ello, cuando he decidido relatar mis historias, no tengo otra intención que hablar de lo sencillo y de lo cotidiano de la sierra, también de su dureza".
"Mi vida siempre ha estado unida a la Sierra de Gredos", aseguraba. Ha conocido a Manuel Azaña, y ha participado en cacerías reales con invitados como Alfonso de Borbón o Rainiero de Mónaco, y se esforzó en dar a conocer Greds, explorarlo y, sobre todo, protegerlo. Pero murió sin ver cumplido uno de sus sueños, que Gredos fuera declarado Parque Natural Europeo, con el fin de controlar el turismo y custodiar la naturaleza.
Publicado el 18 de febrero de 2010 a las 18:15.