Se acabó 'La General'
Archivado en: caza, Castilla y León, general
La termporada de caza 2009-2010 no pasará a la historia por haber sido buena, es más, de hacerlo por algo será por la escasez de perdiz tanto avistada como abatida. La mayor parte de los cotos de Castilla y León han centrado su actividad en el conejo y la paloma para entretener las jornadas dominicales. Da igual con quién hables, la conclusión es la misma: probablemente ésta haya sido la peor temporada cinegética de caza menos en muchos años. Lo ha sido desde dos aspectos bien distintos, tanto por el nefasto número de capturas de perdices como por el descenso de cazadores en el monte, aburridos de recorrer los cotos sin poder llevarse al morral una 'patirroja'.
Los vaticinios de la media veda se han cumplido con creces. Por aquella época ya se veían pocos bandos de perdices y las polladas habían sido cortas en número y en efecto, así ha sido. A la escasez de piezas se ha unido la escasez de recursos, o lo que es lo mismo, la crisis económica afecta a todos los sectores, y el de la caza no iba a ser menos. Este año no estaban las cosas para andar disparando cartuchos ‘a lo tonto modorro', ni para comprar pantalón o chaleco nuevo, ni tan siquiera para dar de baja las botas viejas que ya empiezan a dejar pasar el agua a los pies.
Recuerdo que la Federación de Caza de Castilla y León, viendo la que se nos venía encima, aconsejó a los gestores de los cotos que retrasaran el inicio de la caza perdicera y que adelantaran la fecha de prohibición de su caza para ayudar a mantener las poblaciones ante la escasez habida. Por suerte han sido muchos los cotos que han seguido estas directrices, ayudados por la abundancia de conejo y de paloma. La torcaz se ha convertido en la estrella esta temporada.
De la liebre mejor no hablar, utilizando la famosa frase de don Sabino Fernández-Campos durante el intento de golpe de estado del 23 F en referencia al general Armada, "ni está ni se la espera". Algunos albergan la esperanza de una pronta recuperación, pero la realidad es que "los brotes verdes" referidos a la liebre aún no aparecen.
Ojalá que lo que queda de invierno, la primavera y el verano ayuden a que las poblaciones de perdices y liebres se recuperen. Ojalá que los gestores de los cotos de la Comunidad aprendan de sus errores y amplíen sus miras cinegéticas más allá del tiempo que dura su contrato de explotación.
Publicado el 2 de febrero de 2010 a las 14:30.