'Up in the air', la segunda frescura comprometedora de Reitman
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Al ritmo de Sharon Jonnes & The Dap-Kings arranca este filme fresco, ágil y con el sello 'made in Reitman'. De nombre Jason, su anterior película, 'Juno', causó una grata sensación por el mismo estilo que repite en 'Up in the air'. Primero. Un planteamiento fresco. Para ello, ha adaptado la novela homónima de Walter Kirn. Le ha puesto su conocida combinación de crueldad y ternura. Te entra la risa en múltiples situaciones, pero en otras el corazón se encoge sin pedir permiso. Posteriormente, nos dirige hacia un conflicto explosivo, que finaliza con cierta sorpresa después de un viaje introspectivo a las cloacas de Ryan, el personaje que interpreta George Clooney. Si en 'Juno', Reitman abordaba la maternidad, ahora ironiza sobre el mundo laboral. Si aquella joven embarazada asumió su compromiso, éste solitario seductor no quiere saber nada de ataduras. Compromiso, al fin y al cabo.
El trabajo de Ryan (George Clooney) le obliga a volar de una ciudad a otra para despedir a personas de diferentes empresas con el típico discurso optimista. Instalado en una comodidad superficial, el protagonista funciona vitalmente de forma mecánica. No tiene o quiere nada a lo que aferrarse. La aparición de una joven intelectual (Anna Kendrick) en su empresa tambalea su estilo de vida. Del mismo modo, surge una aventura amorosa (Vera Farmiga) que irá atrapándole poco a poco. Estas dos variables confluyen de forma impactante en Ryan, hasta el punto de hacerle cambiar por dentro y por fuera. Incluso, retoma sus conexiones familiares y piensa en un futuro sentimental junto a otra persona. Sin embargo, las cosas no son exactamente como parecen.
Quienes han seguido la trayectoria cinematográfica de Clooney tendrán la impresión de que este papel no supone una novedad brutal. No obstante, conduce de forma maravillosa todo el peso del filme, provocando la empatía total del espectador. Estamos ante un título ágil, fresco, entretenido y con un trasfondo social inquietante: no creas que es tan fácil cambiar las cosas de la noche a la mañana. Tarde o temprano, cada uno tiene lo que se merece.
Publicado el 26 de enero de 2010 a las 15:00.
