'Room in Rome', una huida pasional tan fugaz como eterna
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Aunque ahora sea más fácil la osadía por el prestigio adquirido, Medem siempre ha sido uno de los cineastas españoles más atrevidos, aunque caiga pesado por su constante referencia al sexo, implícito o explícito. Sus filmes no generan indiferencia porque se mueven entre códigos cinematográficos poco convencionales y 'Room in Rome' evidencia este estilo.
La cinta, basada en 'En la cama', obra del chileno de Matías Bize, cambia una pareja heterosexual por dos mujeres que se conocen durante una noche en Roma y pasan toda la noche juntos en una habitación de hotel compartiendo sus cuerpos, sus almas y huyendo de las vidas que les persiguen. Alba (Elena Anaya) y Natasha (Natasha Yarovenko) exprimen durante horas una pasión sexual inevitable, al mismo tiempo que juegan a conocerse, mintiéndose y contándose verdades.
SEXO POR TODAS PARTES
Medem las sitúa en su desnudez y trabaja con la progresiva asimilación del supuesto amor encontrado, una posible realidad que lucha para quedarse y cambiar el rumbo de sus presentes. Con una soberbia estrategia de planos y un guión que gana enteros con el paso de los minutos, la película expone un romance lésbico que no provocará indiferencia. Aquí, el sexo, constante, no sólo sirve de atractivo comercial o como calentón fílmico. Simboliza la fuga hacia un terreno desconocido, pero deseado. La representación de una fugacidad eterna. (ver tráiler)
Publicado el 5 de mayo de 2010 a las 11:15.