Nada sobrevive al interés científico de Eduard Punset
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Eduard Punset (Barcelona, 1946) está considerado como uno de los divulgadores científicos más reconocidos por la comunidad nacional e internacional. Su trabajo informativo a través del programa 'Redes' (ahora se emite los miércoles a las 7 de la tarde en La 2 con repetición cada domingo a las 9 de la noche) y las diferentes publicaciones literarias que ha publicado en los últimos años han creado una amplia comunidad de fieles a sus explicaciones, reflexiones y opiniones sobre el comportamiento de los humanos, así como a su relación con el entorno.
Por ello, miles de personas aguardan con interés la salida al mercado de 'El viaje al poder de la mente' (Ediciones Destino), que estará a la venta en las librerias desde el 16 de marzo. Después de sus viajes al amor y a la felicidad, ahora Punset asegura que "el de la mente es el único poder que existe". Así se lo comentaba a la periodista Ana Tagarro durante una extensa entrevista concedida a la revista XL Semanal sobre su novedoso libro.
A lo largo de 'El viaje al poder de la mente' nos revela conclusiones llamativas que ha encontrado durante numerosas investigaciones. Por ejemplo, Punset explica que existen más posibilidades de acertar en nuestras intenciones preponderando la intuición por encima del raciocinio, define a la humanidad como portadora de un optimismo atávico o argumenta la concepción sexual del cerebro en aspectos como el entretenimiento y el tiempo. Asimismo, habla de la opinión como el resultado del 'efecto marco', de prejuicios, sin dejar de lado la relación entre la imaginación del futuro y los recuerdos del pasado. Ahora, resulta que ambos procesos activan las mismas zonas cerebrales.
Eduard Punset posee una habilidad mágica para transmitir conocimientos o aspectos científicos con un tono coloquial y fácil de entender para casi todos los públicos. La atención que pone uno a la hora de escucharle o leerle ayuda a eliminar el 'casi'. Nada escapa al interés de Punset. Ni siquiera la 'generación ni-ni'. "Los ni-ni podrían estar olvidando algo que la neurología acaba de comprobar. Cuando un cerebro ni estudia ni trabaja no sólo disminuye el hipocampo, sino que se producen menos neuronas, las conexiones neuronales son más reducidas e inciertas. Cuando no se hace nada, el cuerpo se agarrota. Sin actividad, no hay innovación ni conexiones sociales ni movimiento", comenta en su blog. Tomen nota si se sienten señalados. O lean a Punset.
Publicado el 10 de marzo de 2010 a las 14:00.
