De cómo el autor sólo se lleva un 15% del precio final en su libro
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Hace poco, mantuve un diálogo con uno de esos escritores que ha causado furor con sus últimas novelas y cuyo trabajo literario en los últimos años le ha otorgado un gran crédito, pese a que lleva toda una vida dedicada a la escritura. Como uno desconoce los vericuetos comerciales de la literatura, quise conocer la realidad económica y empresarial de este terreno artístico. Me llevé una sorpresa, aunque para muchos estaremos ante una sobada realidad.
Publica en una editorial de pequeño formato, de esas que lanzan en torno a los 2.500 o 3.000 ejemplares por cada edición, y dejó caer que el autor sólo se lleva un máximo del 15% sobre el precio final del producto. Si un libro tiene un precio que oscila entre los quince y los veintitantos euros, hagan cálculos. Decía que, habitualmente, no hay un fijo por contrato. El editor, la persona que apuesta por el título o el autor en cuestión, se lleva más o menos el mismo porcentaje sobre el precio final de la obra en las librerías o grandes almacenes. Distribuidores y vendedores se reparten casi a medias el resto de la jugada económica. Todo un descubrimiento para este 'cultureta', que está haciendo un master acelerado en economía artística durante los últimos tres años.
Esta butaca numerada no suele dejarse llevar por las modas o las promociones desmedidas a la hora de comprar un libro, pero todos sabemos que hasta las publicaciones literarias nos entran por los ojos. Normalmente, en mi caso lo que más funciona es el 'boca a boca' o la observación de una profunda entrevista a su autor. Sin embargo, muchas personas se sienten hipnotizadas por los 'best sellers' y esos títulos que acaparan escaparates o lugares de mayor visibilidades en los centros de venta. Si les digo que deben pagar cerca de 6.000 euros por aparecer en el escaparate de una importancia franquicia comercial igual se llevan las manos a la cabeza. O no. Seguiré profundizando en este asunto próximamente. ¿Qué les parece todo esto? ¿Están de acuerdo con la situación mencionada? ¿Tienen información que desmienta, confirme o amplie esta reflexión? ¡Escriban, escriban!
Publicado el 12 de febrero de 2010 a las 11:30.
