Butaca numerada

A Miguel Ángel Lamata (Zaragoza, 1967) le cambió la vida, cuando era muy pequeño todavía, una proyección de 'Tiburón', la mítica película de Spielberg en el cine Fleta, y aquella experiencia supuso una premonición en su carrera cinematográfica. Ahora, presenta 'Tensión sexual no resuelta', un título fílmico muy simpático si uno tiene en cuenta la cantidades de situaciones vitales en las que esa atración sexual incontrolable se cruza en el camino de un hombre y una mujer, un hombre y otro hombre, una mujer y otra mujer. Vamos, entre dos seres humanos. O tres. Los que sean.

La película, que se ha estrenado el jueves 18 de marzo, podría definirse como una comedia de enredo provocadora. Así consta en la sinopsis oficial, la misma que uno corrobora. De hecho, la primera escena se enciende con un beso entre féminas que acaba en cama con dos cuerpos dándolo todo. Asegura Lamata que TSNR es un filme inspirado en algunas de las experiencias que vivió cuando trabajaba de profesor en Zaragoza. Se ahorra los detalles. ¿Cuántas similitudes habrá entre Juanjo (Fele Martínez) y el susodicho director? Secreto de estado. 'Tensión sexual no resuelta' desplega un arsenal cómico románticamente incorrecto partiendo de un reparto muy televisivo y con la única misión de entretener al personal. No busquen ningún significado filosófico en la trama, moralejas profundas ni un sentido común inherente a la historia. Son cosas que pasan, aunque magnificadas y embrutecidas hasta que el asunto se escapa de las manos.

Veamos. Celeste (Salomé Jiménez) conoce a Jazz Romero (Norma Ruiz), una escritora famosa cuyo libro, del mismo título que la película, se ha convertido en un 'best-seller'. Ambas se lían, en todos los sentidos de la palabra, y la segunda le come el coco a la primera, que deja a su novio, Juanjo, y emprende la búsqueda del orgasmo hasta que se encuentra a Nardo (Miguel Ángel Muñoz). Juanjo, hundido, contrata los servicios de un alumno suyo, Fede (Samuel Miró), para espiar a su ex y conocer los motivos de esta separación sentimental, mientras otra alumna, Rebeca (Amaia Salamanca), le tira los trastos sin cesar. La ansiada investigación provocará un lío muy divertido, con situaciones esperpénticas donde también aparecen Joaquín Reyes, Santiago Segura, Adam Jezierski y una Pilar Rubio que ejerce de 'pseudonarradora'. Como ven, numerosos rostros televisivos componen 'TSNR', pero la mayoría se salen de los papeles que les han hecho populares y aportan su granito de arena a esta comedia coral que, según Lamata, ha sido un Máster en Administración de Escenas Eróticas.

Dicen que el amor saca lo peor de nosotros mismos y que quizá en ese justo momento es cuando la verdad del citado sentimiento salga a luz. Más allá de esta conclusión al guión fílmico, hacía falta una 'Tensión sexual no resuelta' dentro del cine español. Abundan las risas y a uno se le pone el cuerpo tonto cuando abandona la sala después de ver este filme no recomendable para mentes conservadoras.

Enlaces:

-Ver tráiler

 

Publicado el 18 de marzo de 2010 a las 12:30.

               

La solemnidad preside la entrada del Teatro de la Abadía, un centro eclesiástico reconvertido en teatro desde 1995 y que celebra a lo largo de esta temporada 2009-2010 sus quince años de vida. Lo hace con diversos montajes, uno de los cuales se ha programado desde el 1 de febrero hasta el 21 de marzo con un perspicaz texto de Eduardo de Filippo dirigido por Carles Alfaro: 'El arte de la comedia'.

Actores que salieron de aquella primera promoción como Pedro Casablanc y otros que han actuado con anterioridad en este singular espacio como José Luis Alcobendas o Enric Benavent integran el reparto de esta obra, que el mencionado actor, director y dramaturgo napolitano estrenó en 1964. Ha transcurrido casi medio siglo desde aquella creación, pero como sucede con las grandes obras artísticas, su significado continúa vigente a los ojos de quienes ocupan las butacas del teatro. De hecho, una adaptación al siglo XXI simplemente necesaría modificaciones puntuales.

La relación entre realidad y ficción se postula como una de las constantes en el ámbito teatral. Este dilema supone uno de las moralejas incluidas en una función, que también pone sobre la mesa el confuso entendimiento entre el teatro, como poderosa fuente de cultura, y el poder gubernamental. 'El arte de la comedia' comienza con un monólogo de Oreste Campese (Enric Benavent), que baja las escaleras hacia las faldas del escenario con un dibujo interpretativo que rinde tributo al oficio, a la profesión, un rasgo habitual durante la representación e intrínseco a 'El arte de la comedia'. Campese es el director de un modesto teatro y visita al nuevo gobernador de la localidad para pedirle ayuda.

Un incendio ha destruído el local de la compañía que comanda Campese y éste, inmerso en un diálogo sublime con el gobernador (Pedro Casablanc), le solicita su presencia en una de las representaciones como estrategia solidaria. El desencuentro entre ambos supone el punto de partida a una doble vía interpretativa a la hora de valorar los acontecimientos. ¿Acuden el médico, el párroco o la maestra al despacho del personaje interpretado por Casablanc como tales o son los cómicos de un Campese resentido por el rechazo recibido?

Con la inestimable complicidad de José Luis Alcobendas, secretario del gobernador, la obra adquiere velocidad y un grato dramatismo cómico, hasta el punto de infundir en el espectador las mismas dudas que posee el gobernador. La credibilidad de la situación otorga al espectáculo un mérito sobresaliente, a la altura de este texto universal.

Enlaces:

-Entrevista a Pedro Casablanc, Enric Benavent y José Luis Alcobendas

-Tráiler de 'El arte de la comedia'

 

 

 

 

Publicado el 9 de marzo de 2010 a las 13:30.