'Robin Hood', un 'Gladiator' medieval e introspectivo
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Robin Hood, el arquero más conocido del mundo, ha sido una de las historias arquetípicas más simbólicas de la literatura inglesa. Junto a su banda de ladrones, este personaje simboliza la libertad de un pueblo oprimido por la corona en el medievo británico y su figura, de imposible concreción histórica, ha inspirado más de 30 largometrajes y diferentes series de televisión.
Ahora, Ridley Scott aparece en escena como director de una nueva versión fílmica, protagonizada por Russell Crowe, escrita por Brian Helgeland y con la producción de Brian Grazer, un cuarteto cuyos vinculos son de sobra conocidos dentro del séptimo arte. Scott ha convertido a Robin Hood en su particular 'Gladiator', conocida película del director y asociada a ésta por la violenta brutalidad de diversas escenas, propias de aquella época, así como debido a la emoción humana que envuelve a la trama, un conjunto cinematográfico dotado de mucha acción, un humor constante y amor.
La película comienza con la muerte del rey Ricardo Corazón de León, que supone el regreso de Robin Longstride, papel interpretado de un modo sensacional por Russell Crowe, a la Inglaterra del siglo XIII, debilitada por las guerras y la opresión de la corona. Su viaje a Nottingham para realizar una entrega especial trae consigo el amor por Lady Marion, una excepcional Cate Blanchett, y un viaje interior al pasado, a sus orígenes personales, tan importantes como la épica lucha de clases en esta obra.
Pese al inevitable tratamiento 'hollywoodiense' en algunos instantes del filme, como en la última flecha que surca el cielo, Scott y compañía han creado un Robin Hood entrañable durante un acto cinematográfico tan intenso que los ojos no le quitan ojo a la pantalla durante más de dos horas.
Publicado el 12 de mayo de 2010 a las 11:45.