Noticias de Burgos

A última hora de la tarde del lunes 22, el grupo municipal de concejales socialistas enviaba a los medios de comunicación copia de un informe de la Comisión Territorial de Patrimonio Cultural, con registro de entrada en el Ayuntamiento de Burgos el 11 de agosto de 2009, referido al proyecto de peatonalización de la calle Concordia y nueva urbanización de la calle Santander e inicio de la Avda. del Cid, cuyas obras, con un presupuesto de 3,7 millones, comenzarán el próximo verano.

Dicho informe, firmado por el presidente de la citada comisión y delegado territorial de la Junta en Burgos, Jaime Mateu, señala textualmente en relación con el citado proyecto que "a juicio de este órgano colegiado, son especialmente inadecuados los elementos escultóricos que se proponen en la intersección de las calles Santander y General Santocildes y en el acceso a la calle de la Concordia, en las que se entorpece el tránsito de viandantes, así como en la plaza del Cid, que ya cuenta con la estatua del Campeador...". Añade que "la proliferación de fuentes y esculturas entra en contradicción con el carácter sobrio del Conjunto Histórico, cuyos valores no precisan de ornamentación y al que dichos elementos restan protagonismo..."

Se podrá decir más alto, pero más claro es imposible.

Les pongo en antecedentes para que no se pierdan. El proyecto de peatonalización de las calles Santander y La Concordia contempla la instalación de una fuente ornamental (otra más) en la unión de la Avda. del Cid con la C/Concordia y de una escultura (otra más), taurina en este caso, en el centro de la fuente, en la conexión de las calles de Santocildes con la de Santander, rememorando el ambiente que mantuvo la zona en siglos pasados dada la proximidad de la antigua Plaza de Toros.

Hoy, al término de la Junta de Gobierno Local del Ayuntamiento, preguntábamos al concejal de Fomento y portavoz del equipo de Gobierno, Javier Lacalle, su opinión acerca de las consideraciones del referido informe. Lacalle ha señalado que "no aporta nada nuevo, es la opinión de dos o tres asesores que nos merece el mismo respeto que las opiniones contrarias de otros miles, cientos de burgaleses. Hemos asumido las recomendaciones en cuanto a iluminación y elementos escultóricos en el entorno de un bien de interés cultural como es la Casa del Cordón, como siempre ha hecho el Ayuntamiento". Otra cosa son las "opiniones estéticas", que según Lacalle, contiene el informe: "nos merece el mismo respeto la opinión de algún técnico asesor de Patrimonio que la de cualquiera de los miles de burgaleses que habitan en la ciudad".

Lacalle ha comentado que la filosofía del Ayuntamiento de 'sembrar' de esculturas la ciudad responde a una demanda mayoritaria de los burgaleses, "están teniendo muy buena acogida, nos sentimos muy orgullosos y muchas de ellas las han pedido distintos colectivos vecinales y profesionales".

Está claro que en este tema nunca lloverá a gusto de todos. Insisto en la máxima del arquitecto alemán Ludwig Mies van der Rohe, ‘Less is more', ‘Menos es más', pero lo que yo piense a quién le importa...

Por cierto, la escultura taurina tardará aún meses en instalarse. Lo que ya podemos contemplar es el monumento a la profesión de los Peritos e Ingenieros Técnicos Industriales, donado a la ciudad de Burgos por el Colegio Oficial de Peritos e Ingenieros Técnicos Industriales e instalado en la Glorieta de la confluencia de la C/ López Bravo con la Avenida de la Industria (anteriormente carretera a Quintanadueñas -BU-622-).

 

 

Publicado el 23 de marzo de 2010 a las 20:15.

               

Abolir las corridas de toros en Cataluña. ¡Manda huevos!, que diría Trillo. ¿Y por qué no abolimos el tabaco? Me pregunto yo, ¿acaso no es más nocivo que la lidia de toros? El negocio es el negocio, me contestarán.

No entiendo los argumentos de quienes amparados únicamente en la defensa del animal llegan a comparar el espectáculo taurino con la ablación del clítoris, la violencia de género y las torturas, como hizo o dio a entender, según ha recogido la prensa nacional, Jesús Mosterín, filósofo y catedrático de la Universidad de Barcelona, en el Parlamento regional de Cataluña, la semana pasada. El no va más de los despropósitos.

He de decirles que no me gustan los toros como espectáculo, pero no por ello me proclamo antitaurina ni pido que se prohíban las corridas de toros. Simplemente no acudo al coso. Considero que los aficionados a la lidia merecen todo el respeto del mundo y que cada uno es muy libre de contemplar o criticar la fiesta de toros. A nadie le obligan a ir a la plaza. El debate surgido en Cataluña-¡qué casualidad que haya sido en Cataluña!- al cobijo de una legitimidad democrática mal entendida creo que va más allá y, como en muchos otros temas, tiene que ver más con el movimiento independentista deseoso de acabar con todo lo que ‘huele' a España.

Taurinos, antitaurinos, y los demás. El debate está servido. Como bien dice mi compañero de blogosfera, Cañaveralejo, iniciativas como la llevada al Parlamento de Cataluña, de prosperar, privarían a los taurinos del derecho de libertad a elegir.

P.D. Asustada me quedo tras leer en la web algunos argumentos de los antitaurinos. Llegan a considerar mentes enfermas las de quienes consideran arte la tauromaquia.

 

Publicado el 8 de marzo de 2010 a las 19:30.

               

Vaya por delante que ni los toros ni el mundo taurino están dentro de mis aficiones, por eso que la reflexión que hoy les traslado motivada por la muerte el pasado viernes del joven Daniel Jimeno, experto corredor y habitual en los encierros de Pamplona, es solo una opinión personal que formulo en voz alta con la intención de encontrar respuestas (creo de antemano que no las va a haber) a preguntas como ¿Por qué jugarse la vida delante de un toro? ¿Por qué exponerse a recibir una cornada mortal? ¿Por qué tentar a la suerte de esta forma tan arriesgada? ¿Por qué los sentimientos se imponen a la razón y llevan a miles de personas a participar en los encierros de San Fermín? ¿Por qué a las ocho de la mañana del día siguiente a la muerte de Daniel daba la sensación de que nada había ocurrido?

Desde que en 1924, los Sanfermines se cobraran la primera víctima, quince personas han perdido la vida en los encierros. ¿Muertes evitables? Por supuesto que sí. Mis condolencias a la familia de Daniel Jimeno y mi respeto a quienes deciden jugarse la vida delante de un toro, aunque no llegue a entender sus motivos.

Publicado el 13 de julio de 2009 a las 19:45.