Del kilo de carne a los dos filetes
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Leo en un periódico económico que la crisis, recesión o como quieran llamarlo, ha provocado que las familias reduzcan gastos en alimentación.
Me paso por mi carnicería ‘de cabecera', la del barrio, comento el tema con el tendero, y me dice que sí, que es cierto, que el/la cliente que antes compraba un kilo de carne, ahora se lleva sólo dos filetes. Y le contesto yo que a pesar de la crisis, recesión o como quieran llamarlo, habrá que seguir comiendo.
El bajón en el consumo es más que evidente. La mayoría de los sectores registra un descenso en el volumen de ventas. Los hábitos de compra y patrones de consumo se han modificado de forma significativa y todos, como consumidores, intentamos racionalizar gastos, pero meter tijera en la cesta de la compra y jugar con nuestra alimentación, no creo que sea una opción a considerar. Prefiero apretarme el cinturón en otros campos.
Servidora tiene su particular receta, y les confieso que cuando no la aplico, la cuenta se dispara. Me explico, la visita al hiper o al súper, no más de dos o tres veces al mes, a poder ser, conviene hacerla siempre con ‘la lista' en el bolsillo y respetarla al cien por cien. Sólo así se evita llenar el carro de productos superfluos y totalmente prescindibles. Atención a las marcas blancas, aunque tengan tintes peyorativos. En ocasiones, las diferencias con la marca comercial son inexistentes, a excepción del precio, claro está. Los productos frescos, en las tiendas del barrio o mercados de abastos, calidad a buen precio, no lo duden.
Lo dicho, que para que en el actual contexto de crisis, comer siga siendo un placer, sin excesos eso sí, y nuestra salud no se vea perjudicada, mantengamos una dieta variada y equilibrada. Les aseguro que se puede sin que nos tiemble el bolsillo. Es cuestión de prioridades.
Publicado el 4 de noviembre de 2009 a las 20:45.
