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De cortés, pero desalentadora. Así ha calificado el presidente de la Junta de Castilla y León, Juan Vicente Herrera, la reunión mantenida el día 3 con el ministro de Fomento, José Blanco, para conocer los planes del Gobierno de España en relación con las infraestructuras viarias y ferroviarias de la Comunidad Autónoma.
Quien pensara que tras siete meses de espera -la reunión se solicitó por parte de Herrera el pasado 8 de abril-, Blanco iba a concretar con fechas, plazos y presupuestos detallados cada una de las infraestructuras pendientes de ejecución o finalización que son de su competencia, se ha equivocado. Lo cierto es que si separamos la paja del grano de lo que ha dado de sí la reunión, granos quedan muy pocos.
Si nos detenemos en lo que concierne a la provincia de Burgos, el ministro explicó que todos los tramos de las Líneas de Alta Velocidad a Burgos “se encuentran en fase de obras y avanzan según lo previsto”. Luego nos enteraríamos por el titular del ejecutivo regional que la alta velocidad, según comentó el ministro, llegará a Burgos en 2015 dado que está previsto que llegue al País Vasco en 2016.
En cuanto a la conexión Miranda de Ebro-Logroño, Blanco tan solo recordó que el Ministerio ha adjudicado hace unas semanas el estudio informativo de este tramo del Corredor Cantábrico-Mediterráneo.
En el capítulo de infraestructuras viarias, el balance deja mucho que desear. Sobre la Autovía del Duero, el ministro anunció que en 2011, para agilizar la construcción, se iniciará su licitación a través del plan de colaboración público-privada. Lo mejor es lo que dijo sobre la Ronda de Burgos -anunció que continuarán las obras (no dijo cuándo)- y sobre la Variante de Aranda, que se retomará a través del PEI. No sé a ustedes, pero a mí me han quedado muchas dudas.
Publicado el 5 de noviembre de 2010 a las 14:00.