¡Abramos la ventana y miremos al mundo!
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De vez en cuando está bien que alguien nos remueva las conciencias y nos haga mirar un poco más allá de lo que ocurre en nuestro entorno más cercano.
La conferencia que el pasado miércoles día 23 pronunció Federico Mayor Zaragoza, ex director general de la UNESCO y presidente de la Fundación Cultura de Paz, con motivo de la inauguración del VI Congreso Farmacéutico de Castilla y León, que se ha celebrado en Burgos, sirvió para eso y para mucho más.
Mayor Zaragoza repasó la actual situación mundial y nos invitó a reflexionar sobre las condiciones de vida en el "barrio menos próspero de la aldea global", donde vive el 80% de la Humanidad.
Ante un auditorio entregado, afirmó que "debemos esforzarnos en ser todos iguales ante la vida, pero desgraciadamente esto no ocurre".
Una muestra de los "desgarros sociales" que existen en el mundo es el hecho de que más de mil millones de personas no tienen acceso al agua, 1.300 millones presentan subnutrición radical y cada día entre 60.000 y 70.000 personas (más de la mitad niños menores de cinco años) mueren de hambre. Frente a esta "vergüenza colectiva" hay otro mundo, el que se gasta 3.000 millones de dólares al día en armas y el que destina más de 800.000 millones de dólares en EEUU y más de 400.000 en Europa al rescate de las instituciones financieras cuyas prácticas nos han llevado a la situación actual.
"El acceso a la comida y al agua son dos derechos fundamentales para la vida", recordó el que fuera durante doce años director general de la UNESCO. Y sin embargo, millones de personas se ven privadas de ello diariamente.
Decía Mayor Zaragoza que ahora, en momentos críticos, tenemos "la posibilidad de realizar cambios" que permitan "una igual dignidad humana", porque "hay una mayor fuerza del poder ciudadano", como cuando se produjo el tsunami, que nos hizo tender la mano generosamente.
Sin embargo, cambiar el rumbo de los acontecimientos no es fácil, es más fácil cambiar el curso de los ríos, por muy caudalosos que estos sean.
En otro momento de su intervención señaló que "la comparación es una base ética esencial, por eso debemos abrir la ventana y mirar más allá de Europa, porque así veremos ese otro mundo que carece de los bienes materiales que nosotros tenemos; entonces, al comparar, lograremos pensar en el igual acceso de todos a los servicios sanitarios y a la calidad de vida, que depende en primer lugar de la nutrición". Mientras cada día mueran cerca de 70.000 personas de hambre, algo no estamos haciendo bien.
Publicado el 25 de septiembre de 2009 a las 12:45.