1.697 parados más, una sangría que no cesa
Mientras un sector de la población protesta por la congelación y disminución de los salarios, el regreso a las 37,5 horas semanales, la desaparición de ciertas ayudas sociales y de nuevas convocatorias de empleo público, y las subidas del IRPF, IBI y combustible -que a nadie agradan-, 4.599.829 personas en España están en el paro, según los datos del Movimiento Laboral Registrado correspondientes al mes de enero. Ante esta realidad tan dramática es ante la que habría que rebelarse, exigiendo a los gobernantes ‘mojarse’ hasta el tuétano para intentar frenar una sangría que no cesa mediante la adopción de medidas que en el medio y largo plazo posibiliten un cambio de tendencia en el mercado laboral.
Mal ha empezado el año en términos de empleo. Enero ha dejado en Castilla y León 11.384 parados más, lo que supone un incremento del 5,46% respecto a diciembre de 2011 y eleva la cifra de desempleados a 219.859.
En Burgos, el paro ha aumentado en 1.697 personas, un 6,06%, y sitúa el número de parados en 29.708. Cada uno en su entorno más próximo conoce, por desgracia, a alguien que está en el paro y sabe, por tanto, de las consecuencias que conlleva encontrarse en esa situación.
El alcance de las reformas en marcha y de las que vendrán no lo conocemos, pero deben perseguir como objetivo prioritario la creación de empleo. Serán, ya lo están siendo, medidas drásticas, pero no cabe otra. A la reordenación del sector financiero se sumará la reforma laboral y a éstas debería añadirse también un mayor recorte del aparato del Estado y del gasto público como recetas para reducir el déficit.
Publicado el 3 de febrero de 2012 a las 14:00.