Uno de los (muchos) males del siglo
Archivado en: Defunciones, muertes, fallecimientos, suicidios, INE, filosofía
El suicidio se situó en 2008 como la primera causa externa de defunción ante el descenso de los fallecidos en accidentes de tráfico. El titular, arrancado de la Estadística de Defunciones según la Causa de Muerte, que anualmente elabora el Instituto Nacional de Estadística (INE) y que acaba de hacer pública, llama poderosamente mi atención.
Nos llevamos las manos a la cabeza ante el goteo de muertes en carretera -3.021 en 2008-, pero nada decimos de las cifras de suicidios. En España, en 2008, 3.421 personas se suicidaron, se quitaron la vida de forma voluntaria y premeditada.
Los medios de comunicación, en general, en un ejercicio de responsabilidad social a veces no bien entendido, no informan sobre este tipo de muertes, o cuando lo hacen, camuflan la causa por aquello de evitar el efecto ‘dominó' y que personas con tendencias suicidas acaben con su vida. Pero la realidad social ahí está.
La semana pasada cayó en mis manos el libro ‘Sobre la muerte y el morir' (ver ‘post' del 22 de abril) y, precisamente, uno de los capítulos, el que firma el profesor de Filosofía en la Facultad de Teología de Burgos, Jesús Yusta Sainz, aborda el tema del suicidio.
Yusta afirma que el suicidio, en occidente, ha dejado de ser algo vergonzoso para la familia; ya no es sinónimo de debilidad, de conducta inadecuada. En la actualidad, "se ve como un síntoma de enfermedad, se acepta y se denuncia", habiendo aumentado las cifras de manera alarmante. Sociólogos, psicólogos, psiquiatras, antropólogos y demógrafos lo consideran "como un rasgo de la modernidad, uno de los males del siglo".El sociólogo alemán Emile Durkheim va más allá al afirmar que el incremento de suicidios en la época actual "es fruto de la miseria moral que reina en la sociedad".
Personalmente pienso que el suicidio revela un asfixiante estado de insatisfacción e infelicidad que predispone a la persona a acabar con su propia vida como única solución a sus sufrimientos. Revela también el fracaso del conjunto de la sociedad, incapaz de frenar el ‘dolor emocional' de hombres y mujeres que sienten que esa sociedad les ha dado la espalda y que nadie les escucha.
Publicado el 2 de marzo de 2010 a las 20:00.