Noticias de Burgos

La muerte violenta de Montserrat Cuesta, de 54 años, el domingo 4 en su domicilio del barrio de Gamonal tras ser golpeada y apuñalada con un cuchillo por su marido, que luego se suicidó, constituye un nuevo y lamentable caso más de violencia de género, que merece la mayor de las repulsas.

La sociedad en general, y la burgalesa en particular, con el recuerdo todavía muy presente de la muerte de la joven Isabel Barroso hace un mes a manos de su ex - pareja en similares circunstancias, debe ser firme y unánime en su rechazo a este tipo de crímenes y en su exigencia a las instituciones y organizaciones para que redoblen los esfuerzos encaminados a combatir cualquier tipo de violencia contra la mujer.

Evitar actitudes sociales discriminatorias que alienten comportamientos violentos contra las mujeres por el mero hecho de serlo es tarea conjunta en la que hay que trabajar desde los primeros niveles educativos, porque es ahí, como espacios transmisores de valores, donde los niños y niñas de hoy deberán aprender para cuando sean adultos modelos de comportamiento basados en la tolerancia y el respeto a los demás y en los que no tengan cabida actitudes violentas o malos tratos.

Tras la muerte de Montserrat Cuesta, el delegado territorial de la Junta, Jaime Mateu, en su calidad de presidente de la Comisión Territorial de Violencia de Género de Burgos, ha recordado que "la violencia contra la mujer constituye una vulneración del derecho a la vida, a la dignidad, a la integridad física y mental, y representa un obstáculo al desarrollo de la sociedad democrática que todos estamos obligados a combatir sin ningún tipo de vacilación".

En lo que va de año, la cifra de mujeres víctimas mortales por violencia de género en España se eleva a quince. En una sociedad democrática como la nuestra, tolerancia cero ante este tipo de crímenes.

 

 

Publicado el 5 de abril de 2010 a las 20:00.