Aprovechando la proximidad de la celebración de unas nuevas elecciones municipales y autonómicas, los partidos mayoritarios, PP y PSOE, han encontrado en el chacolí de Burgos una nueva bandera que enarbolar defendiendo posturas encontradas, cada uno la suya claro está, que evidencian de cara a la opinión pública que ni cuando de reivindicar lo nuestro se trata es posible el acuerdo. En eso los vascos nos llevan años de ventaja.
Recuerda el secretario general del PSOE de Burgos, José María Jiménez, que el término chacolí está blindado por la normativa europea desde 2002 a petición del Ejecutivo de José María Aznar, que en 1999 solicitó a la Comisión Europea -en coordinación con el Gobierno vasco- la reserva de los términos 'chacolí-txakolina' en el marco de la anterior OCM vitivinícola. Añade que la Junta de Castilla y León, que ya ostentaba competencias en materia de denominaciones de origen, ni alegó ni defendió la situación de los productores burgaleses de chacolí. Y yo me pregunto si tampoco entonces los socialistas de Castilla y León abrieron la boca en defensa de este tradicional vino burgalés.
Al Ejecutivo vasco le interesa perpetuarse en este proteccionismo a ‘su’ chacolí, exigiendo que no pueda utilizarse el término fuera de las provincias de Alava, Guipúzcoa y Vizcaya, pero la producción de chacolí en Miranda de Ebro y otras zonas del norte de la provincia de Burgos, Las Merindades y La Bureba está perfectamente acreditada desde hace siglos. ¿Por qué no sumar, entonces, esfuerzos a la hora de recuperar nuestro chacolí? ¿Es qué no hay espacio para el ‘txakolí’ de Getaria, Alava o Vizcaya y para el ‘chacolí’ de Burgos?’ Que decida el mercado.
Publicado el 4 de febrero de 2011 a las 14:45.