Punto y seguido en el proyecto de fusión
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Punto y seguido, que no final.
Tras el rechazo por unanimidad de los 17 miembros del Consejo de Administración de Caja de Burgos al proyecto de fusión con Caja España y Caja Duero, decisión que, por cierto, ha sido muy bien recibida por la inmensa mayoría de la sociedad burgalesa, la entidad de ahorro presidida por José María Arribas se dispone a iniciar un nuevo camino en busca de diferentes compañeros de viaje con los que poder fortalecer la caja, darle una mayor dimensión, mayor tamaño, para adaptarse al nuevo entorno financiero. La puerta está abierta a futuras alianzas, pero no a cualquier precio.
Diseñar un proyecto de fusión, principalmente en base a criterios de reparto o de tamaño, no parece ser la mejor fórmula. La profesionalidad, eficiencia y solvencia de la caja burgalesa debería haber sido un argumento de peso y factor determinante a la hora de definir el esqueleto de la futura entidad resultante de la fusión en marcha. Pero no lo han entendido así Caja España y Caja Duero. Ambas, por unanimidad de los miembros de sus consejos de administración votaron a favor de la fusión. ¡Cómo no, si todo quedaba en sus casas!
Arribas ha manifestado que se ha perdido “una oportunidad histórica” para crear una nueva caja, la que estaba llamada a ser la sexta del país en volumen de activos, pero también ha subrayado que la solvencia de la caja “nos da una garantía en solitario para el futuro”. Así seguirá hasta que en el camino hacia esa “mayor dimensión” surjan nuevos compañeros de viaje que sepan entender que una fusión no es solo un reparto de sedes.
De agradecer es el voto de los consejeros políticos del Consejo de Administración, que han sido coherentes con lo que dicen los informes técnicos relativos a esa fusión y han antepuesto los intereses de la caja a la disciplina de partido.
Publicado el 13 de noviembre de 2009 a las 14:00.