Botellón junto al Arlanzón, imágenes para olvidar
En la recta final de los Sampedros 2010, y a falta del entrañable Día de las Peñas y del Burgalés Ausente, fiesta declarada de Interés Turístico, llega el momento de hacer balance de esta ‘Semana Grande’, en la que la climatología ha acompañado y ha permitido a los burgaleses y visitantes disfrutar al máximo de la programación festiva.
En el ecuador de las fiestas, la viceportavoz del equipo de Gobierno municipal y concejala de Seguridad Ciudadana, Gema Conde, señalaba que salvo pequeñas incidencias como hurtos y peleas derivadas de la ingesta excesiva de alcohol, las fiestas estaban transcurriendo “con total normalidad”.
Y es precisamente el consumo descontrolado de bebidas alcohólicas el que nos ha dejado las imágenes más lamentables de la fiesta, en forma de botellón a orillas del río Arlanzón, en las inmediaciones del Paseo de Atapuerca, con las consiguientes molestias para los vecinos y problemas de seguridad. Este fenómeno ni es nuevo ni es exclusivo de Burgos, pero allí donde se manifiesta evidencia una gran falta de civismo y respeto por el entorno.
Aunque existe una ordenanza municipal sobre la prevención en el consumo de alcohol y tabaco y una ley autonómica en materia de drogodependencias, la falta de una regulación de tipo estatal que defina claramente qué administración es la competente en regular esta práctica deja que el fenómeno del botellón se extienda sin freno alguno y sus protagonistas, muchos menores de edad, se vayan ‘de rositas’ cada noche. Está claro que no se penaliza la concentación de personas, sino el consumo de alcohol en la vía pública, pero todavía existen demasiadas lagunas tanto en la ordenanza municipal como en la normativa regional.
Publicado el 2 de julio de 2010 a las 13:00.