La realidad más cruda de la crisis
Cuenta nuestra compañera Lidia en el reportaje que sobre la actividad del comedor social de Cáritas Diocesana le ofrecemos en este número (págs. 10 y 11) que quienes lo frecuentan constituyen ejemplos de una realidad que la sociedad no debe olvidar.
Y es que detrás del rostro de las personas que allí acuden cada día para satisfacer una de las necesidades más básicas de todo ser humano, como es la de alimentarse, hay una historia que merece salir de esas cuatro paredes, aunque solo sea para dar visibilidad a la complicada situación por la que atraviesan muchos de nuestros vecinos, obligados por razones económicas a recurrir a entidades de carácter social para subsistir, para poder comer, para poder pagar las facturas del agua, el gas y la electricidad y del material escolar de los hijos.
La crisis económica que estamos atravesando nos deja cada día titulares e imágenes que reflejan la cruda realidad de miles de hogares, más de un millón en España, en los que ninguno de sus miembros tiene trabajo.
El desempleo es la principal preocupación. Con una tasa de paro del 19,8% de la población activa, no hay lugar para el optimismo. Hasta el propio presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, reconocía el día 18 en su comparecencia en el Congreso de los Diputados para informar sobre la situación y las políticas de empleo que “la mejora es aún tan débil que no asegura un cambio irreversible de tendencia”.
En los últimos tres años, en España se han perdido dos millones de puestos de trabajo. Ésta es la realidad más cruda de la crisis, de ahí que la lucha contra el paro debe ser la prioridad de los gobiernos. Y esa realidad, como decía al principio, tiene rostro, nombres y apellidos, que el conjunto de la sociedad no debe ni puede olvidar.
Publicado el 19 de noviembre de 2010 a las 13:15.