Acelera que algo queda
Es hora de cambiar de ritmo. De sudar la camiseta al máximo. De trabajar duro, más que nunca. De acelerar. Lo dijo el pasado martes (santo) el presidente Zapatero, quien ya está pensando en “preparar las estructuras del país para la etapa que se abrirá cuando la fase aguda de la crisis que tenemos encima empiece a ceder”. Lo que no nos han dicho todavía, ni él ni nadie, es cuando va a ocurrir eso y lo que se perderá por el camino. Y lo que digo yo es que eso de trabajar duro, de pisar el acelerador y de cambiar de ritmo, no nos lo tiene que pedir ni Zapatero ni Rajoy, pues ya somos mayorcitos para ver lo que acontece en nuestro entorno, lo que necesitamos y saber qué dirección tomar. Mucha retórica.
Para materializar ese cambio de ritmo en la lucha contra la grave crisis económica que vivimos, Zapatero ha cambiado de ‘peones’. Ha ‘jubilado’ de sus responsabilidades ministeriales a cinco de los 17 miembros de su Ejecutivo –algunos como Solbes lo estaban pidiendo a gritos– y ha encomendado a los nuevos ‘fichajes’, de sobra conocidos por la sociedad española, hacer de la lucha contra la crisis económica su máxima prioridad. ¿Acaso no lo ha sido hasta ahora? ¿Acaso no lo era de sus antecesores?
En la conferencia de prensa en la que Zapatero anunció la remodelación de su Gabinete, marcado ahora por un mayor peso político, el presidente señaló que la misión fundamental de la nueva Vicepresidenta Económica, Elena Salgado, “será desarrollar una dirección integral de la política económica teniendo en cuenta todos los elementos que forman parte del modelo de crecimiento futuro, lo que exigirá grandes dosis de iniciativa, de capacidad de diálogo, de coordinación y, en múltiples ámbitos, de la actividad del Gobierno y de la sociedad”.
Zapatero, ahora que vienen mal dadas, pidió remar en la misma dirección, “que todas las instituciones y todas las Administraciones Públicas, en cualquier nivel territorial, se incorporen de lleno a la lucha contra la crisis y encuentren formas de sumar y coordinar esfuerzos”, y que el Gobierno de España, las Comunidades Autónomas y los Ayuntamientos colaboren intensamente.
Así que a nuestros representantes políticos más cercanos, sean del partido que sea, concejales en el Ayuntamiento, diputados en la Diputación Provincial, procuradores en la Junta de Castilla y León y senadores y diputados en el Parlamento, no nos queda más que exigirles que se pongan manos a la obra, olviden sus diferencias ideológicas, dejen de tirarse los trastos a la cabeza, reivindiquen allí donde sea necesario, y hagan de los intereses generales de Burgos un objetivo común. ¡Hasta igual me hacen caso! Las Europeas están a la vuelta de la esquina. Para unos habrá premio y para otros castigo.
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“Entre nosotros no se finge la virtud. El vicio tampoco. Ambos son naturales”.
El cuarteto de Alejandría. Justine. Lawrence Durrell
Publicado el 13 de abril de 2009 a las 18:30.