Aquellos lodos trajeron estos fangos
Hoy tocaba encuentro con los empresarios, concretamente con la Patronal burgalesa, que convocaba a los medios de comunicación para dar cuenta del Manifiesto elaborado por CECALE, la patronal de Castilla y León, bajo el título ‘Por la supervivencia de nuestras empresas. ¡Soluciones ya!’
Bajo este enunciado, servidora se dirigía esta mañana a la Casa del Empresario dispuesta a escuchar el peor de los presagios. Y así fue. El presidente de FAE Burgos, Roberto Alonso, habló alto, claro y enérgico. Dijo que los empresarios están “hartos” ante la situación de crisis que estamos viviendo, que la actual es la crisis “más profunda de todas cuantas hemos vivido”, y que todos, unos más que otros, “somos culpables de la crisis”, y en ese “todos” metió a los gobiernos central y autonómicos, agentes sociales -sindicatos y Patronal-, empresas, familias y ciudadanos, porque “hemos vivido con excesiva alegría y hemos hecho tonterías de todo tipo”.
De nada sirve buscar culpables, pero sí pedir responsabilidades a quien corresponda, y creo que el ciudadano de a pie, en general, es el menos culpable del desaguisado que se ha montado, aunque bien es cierto que más de uno ha vivido por encima de sus posibilidades por aquello de aparentar lo que no se es. ¡Si hasta hay gente que deja a deber en la carnicería los dos filetes que compra! Y luego eso sí, van, o mejor dicho, iban, al banco a pedir un crédito para irse de vacaciones a las Islas Fidji y a la vuelta presumir de las mismas y aburrir al personal con batallitas a la orilla del mar.
Pero a lo que iba, que me estoy desviando del tema que nos ocupa. Alonso pedía al Gobierno que diga la verdad sobre el calado de la crisis y su duración, porque recibiendo mensajes tan contradictorios como los que nos llegan diariamente, difícilmente se podrá recuperar la confianza y reactivar el consumo.
Nuestros gobernantes deben gestionar la crisis con responsabilidad, con determinación y firmeza, tomando como base datos objetivos y sin camuflar la realidad, y dejando a un lado el coste electoral que les pueda ocasionar la adopción de medidas, que algunas pueden resultar impopulares.
El panorama que ha pintado Alonso no puede ser más desalentador: España es el país de la UE que más ha empeorado su productividad en los últimos quince años; la competitividad ha caído en un año un 3% respecto a Europa; en eficiencia del mercado laboral, España ocupa el puesto 96 en el ranking mundial; el absentismo laboral llegó en 2008 al 11% de media en la industria y servicios y al 20% entre los funcionarios; el despido es el más alto de la UE tanto en número de mensualidades como en días por año de indemnización; la inversión extranjera ha caído fuertemente en los últimos cinco años; la dependencia energética de Europa es del 53% y en España del 81%; en investigación e innovación solo hay dos países en Europa peor situados que España y son Italia y Grecia… Así no somos competitivos y si no somos competitivos, otros países nos ganarán la carrera. Estos son los datos que hoy ofrecía el presidente de la Patronal burgalesa. Si usted conoce otros diferentes, hágamelos saber, por favor. Aunque ya se sabe, los datos pueden interpretarse y ya está el lío montado. Las interpretaciones siempre son subjetivas. Esto es como el vaso, puede estar medio lleno o medio vacío.
Si para no alarmar a la población se oculta la verdad, se niega la mayor, la situación de crisis se agravará cada día que pase sin que nadie sea consciente de lo urgente que es poner el cascabel al gato. Sus maullidos son ya ensordecedores.
Alonso, en nombre de los empresarios, exigía al Gobierno soluciones urgentes para afrontar la crisis, y también abogaba por recuperar valores como la honestidad, esfuerzo y trabajo y responsabilidad, superación y vocación por la obra bien hecha. Solo así podremos regresar al camino de la competitividad y las estadísticas del desempleo empezarán a cambiar de tendencia.
Publicado el 25 de marzo de 2009 a las 21:15.