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Maratonianas jornadas las que les esperan a los candidatos a la Alcaldía de Burgos y a la Presidencia de la Junta de Castilla y León a partir de este viernes 6, inicio de la campaña electoral del 22-M.
Dos semanas en las que las que la maquinaria de los partidos políticos hará que sus candidatos pisen el acelerador para llegar a la meta de la jornada electoral lo mejor posicionados posibles. Quince días para intentar convencer, a los indecisos principalmente, que sus programas de gobierno son los mejores para la próxima legislatura y merecedores, por tanto, de sus votos. Se abre la veda de las promesas; son éstas precisamente la salsa de todas las campañas. El electorado, sin embargo, está ya un poco, o bastante cansado, del ‘circo’ en el que cada cuatro años se convierten los días previos a la cita con las urnas y de que sólo entonces se acuerden los políticos de ellos. Promesas a cambio de votos y, conseguido el objetivo, si te he visto no me acuerdo.
Una campaña electoral debe servir para que los ciudadanos-votantes puedan conocer a fondo las propuestas de las diferentes candidaturas que aspiran a gobernar y para que quienes han gobernado rindan explicaciones de su gestión durante la legislatura que termina. El aprobado o suspenso está en manos del electorado, quien con su voto se convierte en el auténtico juez de un proceso al que nadie es ajeno.
Señores candidatos, juego limpio, por favor. No prometan aquello que no podrán cumplir. Déjense de brindis al sol que solo contentan a sus incondicionales. Hablen de sus programas, de su proyecto de ciudad o Comunidad; dejen los dardos envenenados contra el adversario en casa y márquense como principal e irrenunciable objetivo atender e intentar solucionar las preocupaciones del ciudadano de a pie.Mi voto, y el de miles de electores, tienen que ganárselo.
Publicado el 6 de mayo de 2011 a las 17:30.