miércoles, 4 de diciembre de 2024 09:57 www.gentedigital.es
Gente blogs

Gente Blogs

Blog de Jim McGarcía

Bocados de Biagra

Propósito de enmienda

Archivado en: Jim McGarcía, Propósito de enmienda, Los tres mosqueteros, Mickey Mouse

"Propósito de enmienda", curiosa expresión. Del mismo modo que "libre albedrío", suena a uno de esos latinajos jurídicos que ya nadie entiende. Son palabras huecas, tan pulidas por el paso del tiempo que han perdido el revestimiento supuestamente espiritual que las justificaba. Palabras pensadas para no ser entendidas, planeadas para provocar esa sensación de "oye, eso suena raro e incomprensible. Debe de ser la verdad absoluta". Propósito de enmienda es lo que el juez me ha exigido para que pueda seguir durmiendo y comiendo en mi casa. Propósito de enmienda me pide la policía, junto con un listado de nombres y una firma debajo. Ignoro el motivo, pero últimamente "propósito de enmienda" y "forro de los cojones" se muestran en mi cabeza en una perfecta asociación. Podríamos llamarlo simbiosis.

Mientras intento vertebrar mi situación penal con la idea de venganza, el ron Malibú que dejó Paco se ha convertido en mi nuevo compañero de fatigas. Alcohol y azúcar contra la tristeza, el colmo de la originalidad. La receta es la siguiente: botecito de azúcar, siete cucharillas pequeñas y la botella de ron dulce. Cucharada de azúcar, trago de ron. Nueva cuchara con su respectivo contenido y, de nuevo, ron. Así siete veces, hasta que consigo poder casi masticar la saliva. A continuación, litro y medio de purificante agua del grifo en botella de cristal. Me estoy quedando sin cerebro y sin dinero, y en esta ofuscación en la que me veo, no soy capaz de acertar cuál de estas precariedades acabará antes conmigo. Por lo demás, nada de María, nada del ruso, nada de mi convicto jefe, y nada de venganza. Ya lo dijo Bruce Wayne, para vengarse hace falta dinero. Para él es fácil decirlo por dos razones: la primera es que él es un superhéroe. La segunda es que a su compañero de piso gay no lo mató nadie, convirtiendo a Robin en una interminable cagada, pero eso es otra historia.

En el horizonte me queda el último detalle de Paco conmigo: la impresión en blanco y negro de una entrada para la semana que viene de una serie de conciertos en un piano bar del centro. Caramba Paco, tú sí que sabías pasártelo bien. Coplas amateur "de las de toda la vida" y un amigo que empieza frases con "caramba". Estoy envejeciendo a un ritmo suficiente como para adelantar al Halcón Milenario en una curva cerrada. A este paso, iré al concierto con un taca taca de esos que parecen un perchero para enanos.

Voy a la cocina a por más cucharillas. Es asqueroso volver a meter la cuchara babada en el azucarero. Le quitaría todo el glamour a mi autodestrucción caramelizada. Además, si en algún momento vuelvo a estar mínimamente en mis cabales, no quiero encontrarme un día con azúcar mezclado con babas de loco. Puaj...

Sigo con la lectura de los clásicos en cómic. Ahora estoy con Los tres mosqueteros,  una historia rebosante de contradicciones. Para empezar, no son tres mosqueteros, son cuatro. Entiendo que el tal Dumas, antes de que Reverte le montara un club, debía tener alguna intención al contar mal, pero, desde mi punto de vista, la falta de habilidad sumatoria no aporta nada al argumento. Por otra parte, me encuentro con que el cómic no se parece para nada a la peli de Chris O'Donnell, y eso sí que no puede ser porque en el título de la película quedaba claro que esos eran Los tres mosqueteros de Alejandro Dumas. Aún así me despista bastante que la serie de dibujos de los mosqueperros se parezca tanto a la historia del cómic. Supongo que es una de esas cosas que podría resolver leyendo la versión de la novela sin dibujos, pero ya se sabe, la letra impresa obliga a pensar y a mí eso no me conviene ahora mismo. Ya para acabar con el análisis del libro, está claro que D'Artagnan es más un nombre de un diseñador o de un perfume que de un aguerrido mosquetero. Creo que algo como "Thor" encaja mejor con ese tipo de personaje, pero bueno, yo ni soy escritor ni dibujante de cómics, así que...

Mi situación alimentaria empieza a ser desesperada. Sólo como una lata de conservas al día porque me quedan muy pocas. A este ritmo, sólo podré subsistir un par de semanas más. Procuro llevar una alimentación variada, alternando los mejillones en escabeche con las sardinillas, y éstas con los berberechos y las navajas. Creo que podría arrancarme un huevo a cambio de una lata de fabada. Creo que podría comerme mis huevos. Ya me lo puedo imaginar, la policía acude a la llamada de mi casero, que denuncia que lleva sin cobrar el alquiler seis meses. Al llegar a mi casa el olor es insoportable. Cuando tiran la puerta abajo, me encuentran en perfecto estado de descomposición, rodeado por latas plagadas de hormigas y con la lengua cortada de lamer los bordes. De nuevo, puaj.

RING, RING, RING

La puta puerta. Si es un repartidor de pizzas me lo como. Si es Mickey Mouse, le preguntaré por la película de Chris O'Donnell, pues él tiene contactos en la Disney y seguro que puede aportar luz al asunto. Después me lo como.

Entre la flaqueza de fuerzas y el pedo de azúcar me arrastro dándome mucho asco hasta la puerta. Al abrirla, me encuentro a María con una bolsa de la McHamburguesería.

¡Que Dios bendiga a América! In God we trust!, que no es un latinajo pero suena a gloria.

Mientras María entra sin decir palabra y abre las ventanas para ventilar la casa, empiezo a creer en el amor. El propósito de enmienda es más fácil de entender con el ketchup chorreándome por las comisuras de los labios.

Puaj, vaya si puaj.

Publicado el 22 de mayo de 2009 a las 10:00.

añadir a meneame  añadir a freski  añadir a delicious  añadir a digg  añadir a technorati  añadir a yahoo  compartir en facebook  twittear  votar

Jim McGarcía

Jim McGarcía

Me llamo Jim McGarcía. No es un nombre fácil. Intuyo que no ha sido una infancia fácil. Lo cierto es que aún no sé cómo ha sido mi niñez pero ¿quién con un nombre así puede haber tenido una infancia fácil?

Sé que vendo Biagra por Internet. Sé que soy raro porque los demás no son como yo. Y aunque no lo sé, tengo el presentimiento de que la voy a cagar.

Me verás por aquí los viernes.

EN TU MAIL

Recibe los blogs de Gente en tu email

Introduce tu correo electrónico:

FeedBurner

Recibe este blog tu email

Introduce tu correo electrónico:

FeedBurner

Grupo de información GENTE · el líder nacional en prensa semanal gratuita según PGD-OJD