Archivado en: Jim McGarcía, Walter Queijo, Autostop, Publicidad
¿Para qué sirve el calor cuando eres pobre? Seguramente sea sólo un eslabón más del sistema, pensado para coser a patadas a todos los que no tenemos un puto duro. Así como a las señoras pijas con trajes de chaqueta de colores pastel les cabrea como nada que haya un día de viento o lluvia cuando salen de la peluquería, a mí lo que me jode es que el calor me coja con todas sus ganas después de haberme dejado parte de mis ahorrillos en pagar una habitación digna en un hotel para darme una ducha. Todo es cuestión de perspectiva y de prioridades. La peor parte de no tener dinero es que tu perspectiva siempre es la de no tener dinero, y tus prioridades nunca son conseguirlo. Me explico: cuando uno quiere conseguir dinero, cuando esa es tu única meta en la vida, obtenerlo es relativamente fácil. Sin embargo, cuando el dinero te parece algo secundario, lo más normal del mundo es que te veas pasando calor en la autopista, con una maleta violeta de las de ir en avión, y un almacén a modo de casa/armario/oficina.
¿Para qué sirve el calor cuando tienes dinero? La lista es inagotable: sirve para irte de vacaciones, para ponerte moreno, para ducharte varias veces al día con agua fresquita, para estar en una terraza mazándote a cervezas, para ver a las chicas con menos ropa de la habitual, para poner el aire acondicionado a tope hasta que los pulmones de tus empleados sangre. Y sobre todo, el calor cuando tienes dinero sirve para ir en coche por la autopista con las ventanillas bajadas y las gafas de sol, riéndote del gilipollas de la maleta violeta que piensa que vas a parar a recogerle. Así lo veo yo desde mi perspectiva. Después hay mogollón de crítico-filósofo-analistas, con libros gordos que te cagas que hablan de lucha de clases, teorías macroeconómicas y del coño de la Bernarda. Mes de julio, autopista próxima a la capital del reino y sensación térmica de 500 grados milígrados. En un mundo decente, podría quitarme la ropa, mandar a la mierda la maleta y el sombrero y subirme al coche de un señor y su familia con un "buenas tardes, mucho calor fuera, ¿eh?". Marx está jodidamente lejos de aquí.
Se me está yendo la olla. Lo sé porque he empezado a escribir mi nombre al revés juntando plantitas del descampado que bordea la carretera. Aícragcm Mij. Mij es un buen nombre. Suena exótico, potente. Seguramente existan brahmanes llamados Mij. Y entonces Mij recibió a Sandokán en palacio con un afectuoso apretón de manos que mostraba a las cortesanas los musculosos brazos de ambos titanes. Mola.
Un niño acaba de tirarme una lata de Cocacola vacía a la cabeza. Espero que viva muchos años, sea un drogadicto y sus padres se resignen a pasar el resto de sus días en una muerte en vida.
¿Realmente tengo más opciones de que un coche pare estando vestido? En la carrera estudié algo sobre publicidad. Los anunciantes justificaban la inversión en función del impacto generado entre su público objetivo. Muy bien Jim, explora entre tus conocimientos del pasado. No siempre fuiste un retrasado mental con una maleta.
¿Por dónde iba? Sí, la publicidad:
BRIEFING MENTAL DE JIM MCGARCÍA.
HOY: LA PUBLICIDAD Y EL AUTOSTOP
- Público objetivo: personas entre 18 y 102 años con carné de conducir.
- Objetivo de la campaña: llegar a La Coruña haciendo autostop para encontrarme con la madre de Paco, que está loca.
- Objetivos paralelos (por lo visto, en publicidad todo lleva la palabra objetivo): dejar de pasar calor. Pasar frío. Llegar sano y salvo. En escenarios muy favorables, echar un polvo con una bailarina cachonda que me recoja.
- Necesidades presupuestarias: todas.
- Punto de partida: un tipo con una maleta, vestido de forma normal (quizás demasiado abrigado), espera junto a la autovía A6 Madrid - A Coruña, que un coche pare a recogerle. El tipo empieza a perder la calma y la cabeza: no se encuentra a gusto.
- Posibles soluciones basadas en el análisis previo: proponemos enlazar la sensación agradable de conducir con la del desarrollo sostenible. La sinergia se produce del siguiente modo: si recoges a un autostopista, estás cuidando del medioambiente, pues es posible que el autostopista contenga partes no biodegradables que, una vez podrido y descompuesto el objeto de estudio, amplificaría el efecto contaminante de los coches. Además, sería importante enlazar emocionalmente con la cultura y el folklore gallego, ya que, quizás, alguna de las personas puede dirigirse directamente a nuestro destino, posibilitando la mayor efectividad de la campaña y optimizando los recursos con que contamos. Esto es: bailarina cachonda se dirige sola en su coche hacia La Coruña, de donde es originaria. Jim (Mij) el sujeto del estudio, comienza a bailar una muiñeira junto a la carretera mientras, con una habilidad extrema, se quita el jersey de lana y la camiseta de algodón 100%, y muestra a la conductora su torso sudoroso y sensible con las minorías culturales y lingüísticas de éste nuestro Estado plurinacional. Consecuencia: la bailarina para el coche, acerca a Mij (Jim) hasta el hospital de la madre de Paco y, a las puertas del mismo, exige a Jim que le haga el amor por primera vez en su vida (sí, es virgen), y que, por encima de todo, una vez que eso suceda no vuelva a llamarla jamás, pues sabe que para un hombre de la categoría de Mij un compromiso de esa clase podría suponerle un problema.
- Tío... Oye tío. ¿Estás bien?
- Para vir a xunta min, para vir a xunta min...
- ¡Oye! ¿Subes a la moto o qué? ¿Qué cojones cantas? Oye, no tío, no te quites la ropa. ¿Quieres parar? Joder, tienes la cabeza ardiendo, seguro que tienes fiebre.
- ...
- Anda, agárrate a mí. Ponte ahí detrás. Por favor estate quiero. ¿Qué? No serás trucha ¿no? ¿Qué dices de una bailarina? Venga joder, cállate. Tú sólo coge la maleta y agárrate a mí. Esos cabrones del gobierno no se preocupan por nada ni por nadie. Títeres, eso es lo que son. ¿Vas bien ahí detrás? La brisa debería bajarte un poco la temperatura. ¿Cómo te llamas muchacho?
- Ehhh... ¿Qué...? ... Ufff Mij. Soy Mij y voy a La Coruña.
- ¿Mij? Joder colega, vaya putada de nombre. Yo te voy a cuidar Mij. Ya estás salvado.
Publicado el 31 de julio de 2009 a las 20:15.