Aunque la semana pasada defendiera una causa tachada de racismo no significa que todos los actos relacionados con la discriminación de deportistas por su raza sean justificables. Tras indagar en el asunto me encuentro con que nuestro país y más concretamente en el mundo del fútbol son múltiples los actos racistas que suceden y que además traen consecuencias.
Corría el año 2005 cuando el semanario británico "The Observer" publicaba un artículo titulado "The shame in Spain", es decir, "La vergüenza de España" a raíz de un enfrentamiento entre un equipo británico y uno español en la Champions League; en él se trataban numerosos actos racistas acontecidos en nuestro país, entre los que destacan las bochornosas acciones que recibían jugadores de la talla de Roberto Carlos (en el Real Madrid) y Eto'o (en el Barcelona) que eran llamados monos, macacos, chimpancés, que además recogían plátanos del césped e incluso monos de peluche, además se tachaba algunas frases escuchadas tanto en gradas como entre los propios jugadores de la liga española. Acto seguido el Diario La Vanguardia respondía con un artículo titulado "¿De qué color es Dios?" en el que se tomaban declaraciones a N'kono, Eto'o y Kamini ofreciendo testimonios sobre sus experiencias y algunas de sus justificaciones.
Fue a partir de entonces cuando el racismo comenzó a estar en boca de todos, de tal forma que en julio de 2007 el gobierno español toma medidas y crea una "ley para eliminar el racismo, la violencia, la xenofobia y la intolerancia en el deporte". Esta ley fue perfectamente secundada por la Comunidad de Madrid, quien simultáneamente lanzaba la campaña "Di no al racismo en todas las lenguas", protagonizada por un total de dieciocho deportistas entre los que están los futbolistas Jurado, Perea, Marcelo, Gago, Uche y Granero.
Aunque anteriormente los propios organismos del fútbol habían comenzado a trabajar en ello, así en 1999 surgió el FARE (fútbol contra el racismo en Europa) y en 2002 la UEFA apoya los siguientes diez puntos del plan de acción para luchar contra el racismo en el fútbol:
- Publicación de una declaración indicando que el club no tolerará el racismo, explicando las acciones que se tomarán en contra de los que participen en actos racistas. Imprimid la declaración en todos los programas de los partidos, presentadla de forma visible y permanente en todo el campo.
- Anunciad públicamente condenas contra los gritos racistas en los partidos.
- Poned como condición para los abonados que no participen en abusos racistas.
- Acometed las acciones necesarias para evitar la venta de literatura racista dentro y en los alrededores del campo.
- Tomad medidas disciplinarias contra los jugadores que participen en abusos raciales.
- Contactad con otros clubs para aseguraros que comprenden la política del club contra el racismo.
- Fomentad una estrategia común entre los vigilantes y la policía para tratar el abuso racista.
- Quitad todos los graffiti racistas del campo urgentemente.
- Adoptad una política de igualdad de oportunidades en relación a la ocupación y al suministro de servicios.
- Trabajad con otros grupos y agencias, como por ejemplo peñas de jugadores, seguidores, estudiantes, organizaciones de voluntarios, clubs de jóvenes, sponsors, autoridades locales, empresas locales y policía. Desarrollad programas proactivos y preparad campañas para eliminar los abusos y la discriminación racista.
Desde entonces muchos clubes de fútbol han sido sancionados por actos racistas, como el caso del Cagliari en Italia, multado con 10.000 euros por los gritos que lanzaron sus aficionados contra el jugador de la Juventus, Sissoko. Aunque también se han quedado sin consecuencias actos peores como los vividos el pasado año en Turín cuando todo un estadio emitía cánticos tales cómo "¡Negro de mierda, sólo eres un negro de mierda!". "¡No existen italianos negros!". "¡Muere, Balotelli!".
Alejándonos del mundo del fútbol en otros deportes también nos encontramos con ataques racistas contra sus jugadores, el caso más popular es el del piloto de Fórmula 1, Louis Hamilton, que ha vivido situaciones similares a las de los futbolistas mencionados anteriormente. Además hoy nos podemos encontrar en la gran pantalla la última obra de arte del director Clint Eastwood, que bajo el título de "Invictus, cuando el rugby unió a un país fracturado por el racismo".
Me gustaría despedir este post con una frase del escritor Miguel de Unamuno quien da solución a estos problemas diciendo que "El fascismo se cura leyendo y el racismo se cura viajando".
Publicado el 23 de febrero de 2010 a las 15:00.