Balón dividido

Cada día que pasa nos encontramos con noticias relacionadas con los problemas económicos que los equipos profesionales tienen, son serias las dudas que aparecen sobre si podrán disputar su máxima categoría o deberán retirarse amenazados por los problemas económicos, si los jugadores podrán cobrar íntegramente sus salarios, etc. Además no podemos evitar pensar en los muchos equipos con deudas pasadas, plantillas encerradas en vestuarios protestando por los impagos, y a saber cuantas acciones más pueden surgir dentro de unos meses cuando la competición esté funcionando.

Pero esta alarma que tantos quebraderos de cabeza trae entre directivos, deportistas profesionales y asociados, no debe centrar nuestra atención sino que debemos mirar posibles consecuencias favorables. Como decía un colega de profesión en Twitter, los grandes beneficiados pueden ser los jóvenes deportistas. La inversión en el deporte profesional es muy alta y además quienes participan en ella necesitan de un salario para vivir, ya que su dedicación es íntegra a ese deporte, sin embargo, en la cantera la práctica de una modalidad está vinculada con la diversión y el crecimiento personal de cada uno, de ahí que la inversión necesaria sea menor.

Considero que una buena política de club que plantear actualmente sería la de invertir en la cantera, tratar de disponer de los mejores entrenadores, ofrecer una formación, buscar jóvenes talentos e incluso becarlos para que puedan destinar su tiempo al deporte. Los éxitos deportivos se pueden conseguir igual en las competiciones de cantera y las inversiones son menores, ya que los jugadores cuestan menos, los desplazamientos suelen ser menores y las competiciones son más económicas.

Otra de las grandes ventajas de invertir en el deporte base está a largo plazo, algo para lo que es requisito imprescindible la paciencia. Preocuparse en la mejor formación de los chavales, traerá consigo una mayor calidad cuando lleguen a competiciones sénior y por lo tanto todo eso tendrá también una repercusión económica importante, ya que los jugadores de la casa suelen ser más rentables que los de fuera (ahorro en alojamientos, desplazamientos, manutención, etc.).

Aunque lógicamente, todo puede parecer muy bonito visto así, pero también hay inconvenientes, el principal que veo es que si se prescinde de los equipos profesionales, se perderá también una referencia para los chavales cuyo objetivo sería el de llegar ahí algún día. Recomiendo dejar clara la filosofía del club desde un principio, que cada jugador sepa que aunque no haya equipo arriba, si hay trabajo e implicación, cuando ellos tengan que llegar ahí lo harán porque entonces habrán mejorado los tiempos y podrán estar donde se merecen.

Publicado el 13 de julio de 2011 a las 12:30.