La recomendación de la semana: Zelig (1983)
Archivado en: Zelig, Woody Allen, Acoders y desacuerdos Mia Farrow, Gordon Wllis
Antes de nada quiero expresar mi admiración por Woody Allen. Y no sólo porque haya hecho algunas de las mejores pelis de la historia, sino porque a pesar de los años y de la espesura creativa propia de la edad, Allen sigue rodando una peli por año y por lo general de gran calidad. Aunque, como todo veterano director, ha hecho algunas pelis flojillas en las dos últimas décadas, como: Ladrones de medio pelo, Un final made in Hollywood o El sueño de Cassandra. Por ellas ha sido duramente criticado por gran parte de la crítica, llegando inclusa insinuar que estaba acabado. Muchos de ellos parecen haber olvidado sus grandes películas de los últimos años como: Mach Point, Melinda y Melinda, Acordes y desacuerdos y un largo etc.
Desde que en 1966 comenzó su carrera como director ha rodado multitud de obras maestras. Elegir una o dos como sus mejores es muy difícil. Quizá, Zelig no sea su mejor película (¿o quizá si?) pero desde luego es la más atípica y original de sus más de 40 films.
Zelig es una peli realmente especial, es un falso documental que consigue ser extremadamente realista a la vez que tremendamente surrealista.
Cuenta la historia de un curioso personaje, nacido a principios del siglo XX, que tiene la extraña capacidad de mimetizarse, tanto intelectual como ¡físicamente!, con cualquier grupo de personas con el que se encuentre. De tal manera que si esta rodeado de médicos, habla y actúa como uno de ellos. Si esta con un grupo de gordos, automáticamente se vuelve gordo. Un caso tan sobrenatural no pasa desapercibido en la sociedad de la época y una doctora (Mia Farrow) intenta descubrir las causas de tan extraño comportamiento, llegando a la conclusión de que se trata de un caso extremo de falta de personalidad.
Uno de los elementos más destacables de esta producción es su excelente fotografía. Realmente parece un viejo documental que estuvo perdido durante décadas en algún oscuro sótano. Este increíble efecto corre a cargo de Gordon Willis, un colaborados habitual de Allen y creador de una de las fotografías más bellas de la historia del cine, me refiero a la trilogía de El padrino. Para dar a la imagen esa sensación de suciedad y malgasto, el propio Willis y sus colaboradores pisaron y rayaron las cintas grabadas. Su trabajo fue reconocido con una de las dos nominaciones a los Oscar que consiguió el film, la otra fue al mejor vestuario (no ganó ninguno).
Por todo esto os recomiendo Zelig, pero sobretodo porque es muy divertida. Woody Allen es tan gracioso como siempre pero en un marco totalmente distinto.
Publicado el 7 de mayo de 2010 a las 16:00.