Y Dios creó a la mujer... hace 75 años
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Brigitte Bardot ha cumplido 75 años esta semana, ¡muchas felicidades! Supongo que habrá celebrado su cumpleaños en la más absoluta intimidad, a la misma que nos tiene acostumbrados desde hace más de 35 años.
Durante la primera mitad de su vida estuvo tan sobreexpuesta a los medios, al público, al mundo que la segunda mitad decidió pasarla en el anonimato, escapando de todos. Normal si tenemos en cuenta que durante 20 años fue el mayor sex simbol mundial. El acoso mediático al que se vio sometida fue brutal. No podía salir a la calle sin que fuese acosada por decenas de fans o detractores, tanto en Europa como en USA .
Ahora con los únicos que se entiende es con los perros y demás animales. Quizá porque fueron los únicos que no la acosaron sin piedad y quizá como agradecimiento ha dedicado media vida a defender sus derechos.
Cuando Brigitte era una adolescente quería ser bailarina y estudió para serlo. Pero todo cambió cuando conoció, se enamoró y se casó con el director de cine Roger Vadim. Este la convirtió en su musa y la apacible vida, de esta joven francesita de clase media alta, se volvió más frenética y alocada de lo que jamas hubiese imaginado.
Su belleza era tan deslumbrante, salvaje y excitante que no pasaba desapercibida ante nadie. Y en cuanto empezó a aparecer en la gran pantalla, el mundo alucinó. El erotismo que desprendía era abrumador. Los cines donde se proyectaban sus películas se abarrotaban de hombres babeantes y mujeres envidiosas.
En 1956 protagonizó Y Dios creó a la mujer. Fue un superéxito que la convirtió en un mito a la altura de Marilyn, o más si cabe, gracias a que Brigitte era más guapa y más sofisticada.
Su carrera fue bastante irregular, hizo muchas pelis muy flojas, pero daba igual porque con su sola presencia ya valía la pena pagar la entrada.
También hizo grandes pelis como las tres que rodó a las ordenes de Louis Malle: ¡Viva María!, Historias extraordinarias y Una vida privada. Esta última es una clarísima biografía en la que se pueden apreciar sus miedos y angustias y así comprender su retirada.
Pero quizá su gran película fue El desprecio, también una de las mejores de Godard. Trata sobre una mujer que se siente despreciada por su marido, con el mundo del cine como telón de fondo. La escena inicial, en la que ella aparece tumbada y desnuda, preguntándole a Michel Piccoli sobre que opina sobre cada parte de su cuerpo, pasará a la historia del erotismo.
Su legendaria belleza sigue ahí, en sus películas. Su sexualidad no ha desaparecido, a pesar de los años, ninguna otra actriz ha conseguido levantar tantas pasiones.
Publicado el 1 de octubre de 2009 a las 13:00.