Noticias de Ávila

Todo cambió con la llegada de Internet. Realizar compras, reservar vuelos, alquilar coches, estudiar o trabajar. La revolución llega hasta a las bodas.

Del traje negro al blanco inmaculado. De la invitación por carta a la página web del enlace. A medio camino entre lo práctico y lo moderno, la web de bodas va haciéndose un hueco, al menos entre mi círculo de amigos. El año pasado, una amiga residente fuera del país nos brindó todo tipo de información -hasta fotos del enlace civil previo- en una web con numerosos detalles sobre la cita, útiles para los que nos teníamos que desplazar. Vale que al principio me pareció una frikada de marca mayor, pero gracias a esta web, encontramos, por ejemplo, alojamiento. Sin contar con lo práctico que resultó para los novios, cada uno de un país, con amigos y familia en numerosas ciudades.

Ahora me llega mi segunda, no invitación vía correo electrónico, pero sí web nupcial. El porcentaje aumenta, aunque teniendo en cuenta que en los últimos tiempos acudo de media anual a cinco bodas, el dato es bastante pequeño. Quién sabe, lo mismo en breve, si no se puede ya, retransmiten la boda vía Internet, para quienes no hayan podido acudir. Me surge una duda, -en realidad me surgen más- pero ¿qué nos quedará por ver? (me refiero a Internet porque en general, vete a saber).

Imposible ni siquiera de imaginar hace unos años.

El contacto personal, me refiero al tú a tú, los cafés con amigos -grandes tiempos aquellos en los que quedábamos con la excusa de tomarnos un café para contarnos nuestras cosas- no son comparables a una conversación en el Messenger o en Facebook. Lo bueno y lo provechoso es que tampoco son excluyentes. Podemos tirar de teléfono, de mensaje móvil, de Tuenti o de conversación a la luz de la luna o en cualquier tugurio a la hora de relacionarnos, lejos de aislarnos en una burbuja de teclado y conexión a Internet. 

Publicado el 8 de enero de 2010 a las 13:45.

Pasaporte, renovado. De paso el DNI, a punto de caducar, también. Vuelo con Air France (glup), confirmado. Vuelta con KLM, también. Permiso para entrar en territorio americano a través del Sistema Electrónico para la Autorización de Viaje (ESTA) tras rellenar un formulario online confirmación inmediata, concedido.

En 21 días estaré en la tierra de Obama y "de las oportunidades", la ciudad del viento que tan hábilmente describieron el martes pasado los Españoles en el Mundo (TVE), un buen formato, vamos a olvidarnos de quién lo inventó (creo que Telemadrid). Promete la próxima entrega, Islandia.

No es que vaya a embarcarme en el Viaje al centro de la Tierra pero me falta ir tachando los días para comenzar estas vacaciones. No sé qué me gusta más, si el viaje mismo o los preparativos previos. Cuando existe cierta antelación, descubrir en guías, libros, Internet o documentales en la tele es empezar a disfrutar. Preparar un viaje no sólo traza itinerarios, sino que capacita al viajero para comprender lo que va a ver, culturas lejanas o municipios que están a tiro de piedra. Siempre hay algo por descubrir.

Debe ser terapéutico eso de viajar. Debería formar parte de lo cotidiano. De lo que recomiendan los médicos -obvio aquí el estrés de cuando nos pierden la maleta o de los retrasos aéreos- para combatir cualquier mal. Y con los viajes 'low cost' y las ofertas de última hora, salvo que se me antoje ir a la Luna, pocos lugares resultan verdaderamente prohibitivos. Dice un hermano mío que "es lo que te llevas", al otro mundo, se supone.

Publicado el 20 de julio de 2009 a las 19:45.

Desde que Internet multiplicase exponencialmente las posibilidades de ojear destinos, reservar vuelos y facturar en un click, el concepto vacaciones ya no es el que era. De hecho, desde Internet, nada ha vuelto a ser igual.

Cierto es que uno de los medios de transporte más seguro podría decirse que pasa por horas bajas tras el último accidente aéreo, con 228 personas a bordo, que se han convertido en 228 desaparecidos o, de momento, en 16 cuerpos rescatados del mar. Es impactante. Da qué pensar.

Demasiado fugaz como para no aprovechar el tiempo, el verano. En mi caso, el miedo es a no volar.

Publicado el 8 de junio de 2009 a las 20:15.

No deja de ser ocurrente la iniciativa puesta en marcha por un joven empresario francés, que bajo el lema 'Si tú no llegas, nosotros estamos ahí', hace los deberes a cambio de dinero. En su corto periodo de vida, www.faismesdevoirs.com, contó con un gran número de "seguidores" interesados en contratar sus servicios, y todavía más detractores, algo que ha precipitado su fin. De momento, polémica zanjada. 

En mis tiempos de escolar ni se nos pasaba por la cabeza ideas de este estilo, ni imaginábamos siquiera que se crearían foros de intercambio de apuntes y trabajos. A lo máximo que llegábamos era a consultar la enciclopedia Larousse o a pedir ayuda a los hermanos mayores.  

Los clientes de 'Haz mis deberes' saldrían del paso, todo legal eso sí, pero la cultura del esfuerzo queda relegada a la mínima expresión, aunque su creador se afane por explicar que la idea servirá de apoyo a los estudiantes, que podrán comprobar anotaciones y comentarios en cada corrección. 

Una retirada a tiempo...

Publicado el 9 de marzo de 2009 a las 13:15.

¿Se le ocurriría a usted, pongamos que es un ladrón experto en el arte de la ganzúas, mostrar sus habilidades en Internet? Pues eso mismo ha hecho un joven de 32 años, que fue detenido el pasado viernes cuando robaba en varios coches de asistentes a la entrega de despachos a más de 2.600 policías.

La cosa tendría gracia si no fuera porque el detenido era un experto en robos -se le atribuyen más de 40- y además tiene antecedentes policiales de hurto y homicidio en grado de tentativa.  

"Hola, soy J.R.G. Estoy aquí para explicaros cómo abrir una cerradura con facilitad". Y como si tal cosa narraba en YouTube cómo abrir la puerta de un trastero con una ganzúa. Además, la utilización de Internet no se limitaba a enseñar a futuros ladrones, sino que los objetos que robaba, y que fueron intervenidos por la Policía Nacional, los ponía a la venta en eBay, según fuentes policiales. Las bondades que ofrece Internet pueden llegar tan alto como la imaginación de cualquiera. Lamentablemente, es para lo bueno y para lo malo. 

Publicado el 17 de febrero de 2009 a las 21:45.

Uno de los pequeños placeres de la vida, al menos para mi, tiene lugar cada domingo. Tan sencillo como disfrutar de un desayuno tranquilo, sin las prisas mañaneras, en compañía de la prensa del día. 

El problema radica no sólo en la elección. Me refiero a los obsequios y no al destape de Soraya: continúan las películas relacionadas con el mundo del periodismo en El Mundo, la colección de grandes maestros de la fotografía en Público, las andanzas de mi héroe Vargas Llosa en El País o las entrevistas a maestros del periodismo. Por citar unos ejemplos.

Compiten por llevarse al gato al agua, y es genial para cualquier lector. En mi caso, aparte de elegir, lo más complicado es llegar al quiosco de la esquina, teniendo en cuenta que queda aproximadamente a un kilómetro. Y eso, con el temporal azotando, se convierte en el doble. Es lo que tiene vivir en un barrio de nueva expansión, que es lo mismo que decir lejos de lo habitable, sobre todo con la crisis, por la que la zona apenas ha echado a andar. Eso sí, si me apetece un café, una cerveza o un refresco sólo tengo que cruzar la calle.

Así las cosas, el pequeño placer de la vida casi a poco se traslada a pequeño placer de sobremesa. Siempre nos quedará Internet. 

Publicado el 26 de enero de 2009 a las 19:15.