A más de uno la última factura de la luz o del gas le ha supuesto un sobresalto. Son numerosos los ciudadanos al menos de la capital que han sufrido en carne propia un notable incremento en la facturación realizada por las empresas suministradoras de gas y luz, en su mayor parte refereridas al suministro a partir del 1 de noviembre del año pasado.
Recibos más abultados que de costumbre, una situación en la mayoría de las ocasiones motivada por el menor precio establecido en las facturas anteriores.
Hasta el día 12 de febrero, la Oficina Municipal de Información al Consumidor (OMIC) registró un total de 143 consultas relacionadas con las tarifas de gas y electricidad, de las que 88 corresponden a Iberdrola y 55 a Endesa. Asimismo, las reclamaciones de este tipo presentadas para tramitar a través del Sistema Arbrital de Consumo ascienden a 35, 20 en el caso de Iberdrola y 15 para Endesa.
Desde luego, este tipo de faenas llegan en el peor momento posible, cuando la crisis aprieta al ciudadano, y se agrava en casos de pensionistas y familias. La opción de no abonar el recibo no es aconsejable salvo que el afectado prefiera no pagar a quedarse sin suministro de luz o gas. Las organizaciones de consumidores y usuarios recomiendan revisar el contador y presentar una reclamación en el las propias empresas, en la Oficina Municipal de Consumo y en el Servicio Territorial de Industria.
Con trámites lentos,el tiempo habitual de resolución del proceso, sin contar la avalancha de quejas que podría demorarlo más, oscila entre dos y tres meses.
Consumidor, infórmese, ármese de paciencia y no tire la toalla. Administraciones,hagan lo imposible por proteger al consumidor.
Publicado el 12 de febrero de 2009 a las 22:00.