Archivado en: Castas, paro, desempleo, crisis económica
Buscando alojamiento para una escapada a La Rioja me topé con un blog donde un tal canuto60 -el hábito no hace al monje, pensé- disertaba sobre los tipos de personas: funcionarios, con contrato fijo, sin contrato fijo y parados. Me hizo reflexionar.
Ya no somos listos o tontos, guapos o feos, rubios o morenos, altos o bajos, gordos o flacos. La situación laboral es la que marca la diferencia, más allá de los tiempos frenéticos en que nos distinguíamos por ser propietario o inquilino. A poco nos lo incluyen en el DNI.
En cierta manera, aquí y ahora, existen las castas. No son otras que las que marca la situación económica actual, que nos divide en trabajadores y parados. Los subgrupos, divisiones o conjuntos, a saber: parados de corta o larga duración. Y de aquí, para abajo, los desempleados que tienen más posibilidades de reincorporarse en un corto espacio de tiempo al mercado laboral o aquellos que desesperan, y que se corresponden con mayores de 45 años, jóvenes o personas con escasa formación.
El problema es cuando la casta se cumple como dicta su definición, como un grupo estático del que no se puede salir.
Publicado el 9 de septiembre de 2009 a las 20:45.