Riqueza turística y sostenible
Archivado en: Turismo, Intur, Feria Internacional de Turismo de Interior, Fundación del Patrimonio Histórico de Castilla y León
La XIII edición de la Feria Internacional de Turismo de Interior (Intur) supone un escaparate para los miles de visitantes -la pasada edición 44.000- que durante cuatro días (hasta el 22 de noviembre) se acercan a Valladolid.
Un reclamo al que Ávila, potencia en turismo rural, acude cada año, a través del Patronato Provincial de Turismo. Lejano queda ya el turismo de sol y playa, para abrir paso a nuevas ofertas que entremezclan cultura, gastronomía o naturaleza.
El sector se aplica para desarrollar y mejorar nuevas modalidades adaptadas a todo tipo de personas. Este año, además de las citas consolidadas en el calendario de eventos de la capital, como las Jornadas Medievales, la Ronda de las Leyendas, Ávila en tapas o Jazz a la luz de las velas, la ciudad se propone fomentar el turismo familiar, una iniciativa que contará con rutas adaptadas. Además, esta vez se intentará captar visitantes de Castilla y León con la presencia de la ciudad en otras capitales de la Comunidad, sin olvidar los efectos del Centro Municipal de Congresos y Exposiciones ‘Lienzo Norte’ en el turismo, mientras que a nivel provincial se potenciará el Museo de Adolfo Suárez y la Transición, en Cebreros, y el Camino de Santiago a su paso por la provincia, de cara al 2010, Año Santo Jacobeo.
La otra cara de la moneda, la que expone los efectos perjudiciales del turismo es objeto de análisis por parte de expertos internacionales en el simposio ‘Soluciones sostenibles para las Ciudades Patrimonio Mundial’, organizado por la Fundación del Patrimonio Histórico de Castilla y León en la capital abulense. El turismo de proximidad, al que está sometido Ávila por su cercanía a Madrid, en el que el visitante pasa unas horas antes de regresar, por lo que el gasto que genera es escaso, frente al denominado turismo de congresos, donde el turista pernocta en la ciudad, implica en determinadas fechas una presión turística que en casos extremos como la ciudad italiana de Venecia o la Ciutat Vella de Barcelona supone el abandono de determinadas zonas por parte de los vecinos.
La especialización de un tipo de turismo que busca ahondar y conocer el patrimonio podría alejar estos fantasmas.
Publicado el 21 de noviembre de 2009 a las 10:00.