El II Premio Benjamín Palencia recayó en Patricia García Robledo, por un reportaje publicado en la Agencia Ical. El accésit fue a parar a Antonio García González, corresponsal del diario El Mundo. Este premio, que otorga la Diputación, reconoce así el trabajo serio y responsable de dos conocidos periodistas de la ciudad -como demuestran día a día con su trabajo y como ha demostrado Patricia en los casi dos años que ha estado en Gente- y adquiere mayor relevancia frente a otro tipo de periodismo, polémico y relajado, que ni contrasta fuentes ni es consciente de su labor en la sociedad.
De Toño, lo mismo. Quien lo conoce sabe su forma impecable de trabajar.
Éste es el texto del reportaje ganador:
La fuerza del agua (II)- El turismo abulense bebe del río Tormes
La agricultura, la ganadería, la arquitectura y, sobre todo, el turismo rural de la comarca de El Barco, en Ávila, se nutre de este afluente del Duero que nace en el corazón de la Sierra de Gredos
P.G.R. / Ical
El arrullo de las aguas frías y cristalinas del río Tormes mece la vertiente norte de la Sierra de Gredos desde tiempos inmemoriales. El Tormes, que alcanza la provincia de Salamanca y refleja en su espejo el esplendor de la capital charra, nace en el Prado Tormejón, en Navarredonda de Gredos, pleno corazón de la sierra abulense. Y llena de vida el suroeste de la provincia de Ávila. A su paso, florecieron los molinos y los cultivos de alimentos emblemáticos como las judías de El Barco, pero ahora también alimenta como ningún otro recurso natural el motor de toda la comarca: el turismo.
Recientemente, la localidad más importante de la comarca de Piedrahíta-Barco-Gredos, El Barco de Ávila, ha inaugurado las instalaciones del Centro de Interpretación del Río Tormes, situado en La Alameda, junto a una de las más bellas estampas de este afluente del Duero, que queda enmarcado por el Puente Viejo, una estructura románica reconstruida en el siglo XII.
El centro de interpretación ha aprovechado las antiguas dependencias del matadero municipal. Gracias a la inversión de un millón de euros procedentes de la Junta de Castilla y León, el Ayuntamiento de El Barco y la agrupación local Leader se ha convertido en el lugar idóneo para iniciar un recorrido por la comarca bajo la tutela del Tormes.
Esta nueva infraestructura medioambiental y turística, que cuenta con un gran acuario como principal atractivo, ha costado dos años y medio de trabajo. Pero no será la única nacida al amparo del río en la zona, ya que se encuentran en proyecto el Aula del Río de Aliseda de Tormes y la Casa de la Reserva de Caza de Gredos en Navacepeda de Tormes.
Este centro cuenta con una superficie expositiva de 400 metros cuadrados, en dos plantas, y tiene como hilo conductor el Tormes y la comarca de El Barco, abarcando no sólo el ecosistema del río, sino también aspectos culturales, sociales, históricos y naturales de la zona.
El principal atractivo del centro es un gran acuario de 20.000 litros, dividido en dos zonas, que cuenta con conexión directa desde el río, en el que pueden observarse truchas autóctonas, barbos y otras especies de peces que habitan las aguas cristalinas del Tormes. Asimismo, en una de las peceras hay una cámara subacuática que permite ver de cerca la vida de los peces en el agua.
Además, en una sala se proyecta un audiovisual con tecnologías punteras en el que, de la mano de distintos personajes, el visitante recorre toda la historia de El Barco de Ávila. Se trata de un espectáculo multimedia dotado de una producción especial que combina una escenografía de la población y su entorno natural con vídeos y filmaciones de efecto 3D de personajes.
Las instalaciones son completamente accesibles, cuentan con zona interactiva equipada con ordenadores e incluye paneles turísticos informativos sobre El Barco de Ávila, así como de una zona de atención y recepción del público.
El paisaje característico de la zona que baña el Tormes está formado por el roble, el pino silvestre, el castaño, el aliso, el abedul y el piorno serrano. La cabra montés es el emblema de Gredos. El buitre leonado, la nutria y otras especies de anfibios y reptiles viven adaptados a este territorio de montaña.
TURISMO RURAL
Toda la comarca bebe de la riqueza natural del Tormes. A sus orillas ha florecido el principal motor económico de la zona: el turismo rural. Decenas de casas rurales se han creado en los municipios de la comarca, apostando por la atracción que ejerce el entorno natural, las zonas de baño de excepcional belleza que crea el Tormes en medio de frondosos bosques, como en Tormellas o La Aliseda de Tormes, o la posibilidad de practicar deportes acuáticos en verano como el piragüismo o el ‘rafting’, que también han generado empresas dedicadas al turismo activo.
La proximidad de las cumbres de Gredos también fomenta la práctica de deportes de invierno, de escalada, montañismo y senderismo, rutas a caballo y rutas en bicicleta de montaña.
MOLINOS DE AGUA
El auge del turismo rural también ha cambiado el uso de la arquitectura popular. Durante siglos, el río Tormes propició la construcción de molinos de agua en su ribera.
La tecnología destruyó su función original de moledores de grano para hacer harina, y la modernidad les ha convertido en nuevos espacios para el omnipresente turismo rural.
La Diputación trabaja ya en la rehabilitación del Molino de Tío Alberto, una joya arquitectónica tradicional ubicada en Navacepedilla del Corneja como Centro de Interpretación de los Molinos del río Corneja, afluente del Tormes.
Otros han vuelto a la vida convertidos en alojamientos de turismo rural. Es el caso de ‘El molino mágico’, situado en La Nava del Barco, un antiguo molino y batán regado por las aguas de la Garganta de Galingómez.
AGRICULTURA Y GANADERÍA
El Tormes nutre todas las riquezas de la comarca de El Barco de Ávila, como sus afamadas judías o razas ganaderas autóctonas como la beciblanca. Esta comarca practica una forma de ganadería extensiva ancestral, la trashumancia, y las cañadas ganaderas cruzan su territorio hacia el norte y hacia el sur.
La ganadería autóctona ha sido recuperada y puesta en valor gracias a la labor de la Diputación de Ávila que, junto con el Ayuntamiento barcense, ha recuperado iniciativas ganaderas como la feria de ganado de octubre, que coincide con una muestra regional de legumbres, en la que brilla con luz propia la judía autóctona.
En la gastronomía, destaca también el embutido de la zona, pero especialmente es conocida la manzana reineta de El Barco de Ávila, que durante años era enviada a Asturias para convertirse en sidra. Incluso en algunos municipios, como La Carrera, se sigue festejando cada otoño la recolección de la manzana. Hace pocos años, surgió en la zona una fábrica de sidra natural, ‘El Pomar de Gredos’, que elabora esta refrescante bebida con manzanas de diferentes variedades, todas ellas regadas por el agua del río Tormes.
Publicado el 4 de diciembre de 2009 a las 14:15.