Huella triple en el Broad Peak
Archivado en: Reportajes, Karakórum, Broad Peak, Alberto Iñurrategi, Juan Vallejo, Mikel Zabalza
En el reportaje "Huella triple en el Broad Peak" relaté la impresionante expedición de Iñurrategi, Vallejo y Zabalza este verano en la cordillera del Karakórum. Acaba de publicarlo la revista Pyrenaica y copio aquí un fragmento (podéis leer la versión completa en pdf, con fotos).
"En el estilo alpino no hay más refugios que la propia fortaleza y la propia serenidad. Por ejemplo, en un collado a 7.800 metros, un rellano entre dos ochomiles: hasta allí llegaron los tres montañeros en el atardecer del pasado 17 de julio, con los cuerpos exprimidos, las horas del día agotadas y los cálculos hechos trizas.
Acababan de atravesar la Cumbre Central y les tocaba subir a la Principal para culminar la travesía triple del Broad Peak. Pero la Central les había atrapado durante 17 horas en un infierno de nieve blanda y profunda que estuvo a punto de ahogar su empeño. Bajaron al collado exhaustos, sin comida, sin agua, sin tienda, sin sacos. Y sin tiempo. Debían subir a la Cumbre Principal ese mismo día, porque habían apostado todas las bazas a una travesía en tres jornadas y no les quedaba ningún recurso para afrontar una cuarta. Allá arriba no había ningún campamento en el que descansar, ningún porteador que les arrimara una sopa, unas barritas, un hornillo, un saco de dormir. En las mochilas no quedaba nada. En los músculos, en el corazón, en los pulmones, tampoco.
Así que en el collado a 7.800 metros, con la Cumbre Principal tan tentadora y peligrosamente cerca, decidieron descender. A esas horas jugaban ya en el terreno de la supervivencia, así que la sensatez guió la decisión: abajo. Siguieron la ruta normal hasta los 7.100 metros, hasta el Campo 3, donde buscaron refugio en una pequeña tienda dejada por otra expedición, que ni siquiera tenía suelo: lo habían reventado los cuervos a picotazos, ansiosos por buscar la comida allí enterrada. A las ocho de la noche, Iñurrategi, Vallejo y Zabalza, sin sacos, se apiñaron en su interior para maldormir con frío, sed y hambre.
A las tres de la mañana, Iñurrategi se calzó las botas. Salió a oscuras de la tienda y consiguió poner el primer paso no en la huella que bajaba al campo base sino en la que subía a la cumbre".
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Aquí, todas las entradas que escribí desde el campo base del Broad Peak y algunas posteriores.
Publicado el 11 de octubre de 2010 a las 18:45.