El alirón y la huelga general
Archivado en: Cuidadores de mundos, Gallarta
En la misma montaña vizcaína en la que nació el alirón -el grito de la euforia minera, la alerta de las grandes riquezas del hierro-, también nació la huelga general -reacción de los obreros tratados como bestias, sobre cuyas vidas destrozadas se levantaron las compañías mineras, las industrias siderúrgicas, los astilleros, las compañías navales, los grandes bancos-. El grito del alirón y el de huelga fueron anverso y reverso. Conviene recordar de dónde venimos.
Copio de "La montaña del alirón" (pdf), el primer capítulo del libro Cuidadores de mundos:
"Los obreros padecían condiciones tan miserables que la esperanza de vida llegó a caer por debajo de los 30 años. En épocas tan tempranas como 1827 ya había mineros que habían construido chabolas en la zona alta de la montaña, cerca de los yacimientos, para no tener que subir todos los días al trabajo. Con la gran fiebre del hierro brotaron las aldeas champiñón, conjuntos de barracones que se levantaban en el monte sin ninguna infraestructura, y en 1877 se fundó el poblado de La Arboleda, así llamado porque se situaba junto al único resto de bosque que resistía a la deforestación. En cada barraca se hacinaban grupos de mineros que se organizaban con el sistema de camas calientes (tres o cuatro personas se turnaban por horas una misma cama, apenas un tablón) y había chabolas ocupadas por varias familias que incluso cocinaban en el interior, sin agua corriente, luz eléctrica ni alcantarillado. Las jornadas laborales eran terribles -diez horas y media en invierno, trece en verano-, las neumonías devoraban a los mineros, los accidentes dejaban un reguero constante de heridos y muertos.
A la dureza se le añadían los abusos de los patronos. Por ejemplo, los mineros estaban obligados a hacer la compra en los economatos de la empresa, que aplicaba precios abusivos (hasta un 40% más caros que en Bilbao) y los restaba de los sueldos, que se quedaban en migajas. Por eso la Margen Izquierda fue terreno abonado para el sindicalismo más peleón. Los mineros vizcaínos organizaron en 1890 una de las primeras huelgas generales de toda España. El general Loma, encargado de reprimir el levantamiento, conoció de primera mano las condiciones de vida de aquella gente -'en estas casas no deberían vivir ni los cerdos'- y terminó mediando en la negociación. Se concedió a los obreros libertad para comprar y vivir donde quisieran y se redujo la jornada a una media de diez horas.
Aquellas miserias las conoció Antonio Yunquera, 85 años, que empezó de minero con 15 pero ya mamaba los dramas mucho antes: 'Mis primeros recuerdos son los de mi padre cuando llegaba reventado, empapado y con los choclos [las botas] cubiertos de barro. Si tocaba picar mineral y cargarlo, daba igual que cayera un chaparrón, había que picar y cargar desde la mañana hasta la noche.. Yo vi eso desde chaval. En la escuela, a los que teníamos el padre en la mina nos dejaban salir una hora antes para llevarles la comida. Y nosotros, con 13 o 14 años, queríamos empezar a trabajar cuanto antes para ganar algún dinerillo. Es que en las casas había muchos hijos y mucha necesidad. Y por ahí vinieron las huelgas: por la necesidad. Subían el pan cinco céntimos y se montaba una tremenda, pero siempre daban la cara los que más necesidad tenían. Había esquiroles, claro, y buenas palizas se llevaban. Era muy duro, porque en las huelgas aparecía la Guardia Civil y se llevaba a unos cuantos al cuartelillo. Y allí dentro nadie sabía lo que pasaba. Pero mereció la pena, porque gracias a las huelgas se consiguió todo lo que tenemos ahora: jornadas de ocho horas, buenos sueldos, vacaciones... Y la jubilación, porque entonces a los viejos sólo les quedaba pedir. Si no podías trabajar, no cobrabas. Yo recuerdo una imagen muy dura: aquellos pobres viejos, después de toda la vida en la mina, que bajaban cojeando por la carretera para ir a pedir limosna a Las Arenas o a Portugalete'".
(En la foto: mineros jubilados de Gallarta. El de la derecha es Antonio Yunquera).
Publicado el 30 de septiembre de 2010 a las 10:30.