Quitar espacio a las víctimas
Archivado en: Periodismo, Gervasio Sánchez, Samanta Villar
Un periodista de la televisión relataba en pantalla lo mal que dormían los enviados a Haití, apretados en tiendas de campaña, y detallaba los días que llevaban sin ducharse.
La inefable Samanta Villar, del programa 21 días (Cuatro), utilizó la miseria de los mineros bolivianos como telón de fondo para convertirse en protagonista de su propio relato-show. En el infierno subterráneo que ella conoció durante unas pocas horas, miles de mineros bolivianos entierran su existencia día tras día, sin remedio, sin escapatoria, pero ella centró el relato en su propia congoja: "Nunca he pasado tanto miedo", decía, ocupando la pantalla. Acompañó a una mujer minera, a la que le soltó que ella preferiría ser prostituta antes que trabajar bajo tierra en condiciones tan angustiosas. Villar dice que no cuenta las historias, sino que las vive: esa es la gran mentira del programa, desmontada por ella misma en ese arranque de sinceridad. Si de verdad las viviera, si en ese momento ella hubiera sido minera de verdad, sin remedio, sin escapatoria, y no una actriz jugando a minera un ratito, habría hecho lo que se le escapó del alma: hacerse puta. Pero no lo hizo, claro. Porque ella no era minera, claro. Pero necesita creerse minera (menudo paso, entre creerse y ser) para convertirse en protagonista de sus programas y ocupar la pantalla todo el rato.
En una entrevista publicada en Nuestro Tiempo, el fotógrafo Gervasio Sánchez, que lleva veinte años sumergiéndose en las guerras más horribles del planeta, dice lo siguiente:
"Cada día los periodistas hablan más de sí mismos. Pero es necesario hablar de las víctimas. Todo el espacio que yo use para hablar de mí se lo estoy quitando a los protagonistas de las historias".
Publicado el 21 de enero de 2010 a las 11:45.