Esclavos y candidatos
Archivado en: Viajes, Bolivia, José Pimentel, Indígenas
En septiembre de 2008, unos cien paramilitares se liaron a tiros contra una marcha de campesinos indígenas en el departamento boliviano de Pando. Según un informe de la ONU, el ataque dejó entre 11 y 19 muertos, más de 50 heridos y una cantidad desconocida de desaparecidos. Los paramilitares asesinaron a niños y viejos, torturaron a profesores y estudiantes, y a algunos de ellos les arrancaron las lenguas y les sacaron los ojos. Algunos cuerpos fueron trasladados en camiones con rumbo desconocido y otros fueron arrojados al río.
Según los investigadores de la ONU, los paramilitares estaban organizados por Leopoldo Fernández, prefecto [gobernador] de Pando. La Policía boliviana lo detuvo a los pocos días, y desde entonces permanece en una cárcel de La Paz, acusado de terrorismo y genocidio, a la espera de un juicio que no arranca.
Éste es el cogollo del asunto: los terratenientes del Chaco boliviano hacen trabajar en sus estancias a los indios guaraníes en un régimen de esclavitud descarnada. El Gobierno de Evo Morales emprendió una campaña contra esos abusos y desde entonces estallan los conflictos uno tras otro.
Me lo explica Juan Pimentel, diputado del MAS (el partido de Morales). Pimentel proviene de una familia de dirigentes mineros de Llallagua. De joven participó en el Ejército de Liberación Nacional (ELN), la guerrilla fundada por el Che Guevara en Bolivia. Con las frágiles democracias de los años 80, consciente de que "el deseo del pueblo era la democracia y la paz", decidió que su lucha por la justicia social debía buscar una revolución democrática, no violenta. Ahora es diputado en el Congreso nacional.
Pimentel me habla de los avatares de la minería, de las nacionalizaciones de los hidrocarburos y los yacimientos, de los avances sociales, de la reducción de la inmensa brecha entre ricos y pobres, de las investigaciones de corrupciones que son entorpecidas por un sistema judicial controlado por cargos nombrados por anteriores gobiernos... Y me habla de los 36 pueblos originarios que reconoce la nueva constitución y su incorporación progresiva a la vida pública.
Entonces sale el caso del Chaco, en esa Bolivia remota, en ese mundo impensable de terratenientes feudales (el 86% de los propietarios bolivianos dominan sólo el 2% de la tierra: el resto está en mano de unos pocos terratenientes).
El Instituto Nacional de Reforma Agraria (INRA) realizó una inspección en esos latifundios para comprobar cómo se trataba a los campesinos. Si se confirmaban casos de explotación o servidumbre semiesclava, el Gobierno expropiaba las tierras al patrón y se las entregaba a los campesinos explotados. Pero los funcionarios del INRA no pudieron hacer su trabajo: fueron expulsados por las milicias de los grandes hacendados. Los campesinos se manifestaron para apoyar a los funcionarios. Y entonces aparecieron los paramilitares que perpetraron la matanza, de cuya organización se acusa al prefecto Leopoldo Fernández.
Hoy leo estas dos noticias en el diario Cambio:
Primera noticia: la ONU presenta un informe sobre el trato que reciben los guaraníes en las grandes haciendas del Chaco: trabajos forzosos para adultos y niños, abusos sexuales contra niños y mujeres, violencia sistemática, restricciones de derechos ciudadanos (se les impide moverse libremente, reunirse o votar en las elecciones).
Los niños guaraníes se dedican a alimentar gallinas, criar cerdos, pastorear terneros, desgranar maíz y lavar platos. No se les paga por esos trabajos, considerados "naturales" por los patrones.
Persiste la tradición del "criadito": se llevan a los niños guaraníes a las ciudades para emplearlos en tareas domésticas a cambio de ropa, comida y escuela. Algunas de las niñas que sirven como "criaditas" vuelven a su comunidad embarazadas, tras ser utilizadas para la iniciación sexual de los hijos de los terratenientes.
Los adultos que se afilian a la Asociación del Pueblo Guaraní (APG) han sido expulsados de las haciendas, vetados para cualquier otro empleo, y 46 de ellos fueron secuestrados y torturados.
Estos son sólo algunos de los abusos relatados por la ONU.
Segunda noticia: una parte mayoritaria de la oposición a Evo Morales forma un frente y presenta a sus candidatos para las elecciones del 6 de diciembre. El candidato para vicepresidente es Leopoldo Fernández.
Publicado el 3 de septiembre de 2009 a las 08:00.